La siguiente representación de este “árbol de la vida”,
serían las ramas, las cuales representan al grupo
familiar, a esos lazos que nos unen a personas que
marcan nuestra vida y la hacen más especial. En este
aspecto es fundamental valorar la importancia que le
daremos en este nuevo año, pues la familia es el origen
de todo; en este apartado también mencionamos
a los lazos, los cuales representan los vínculos con
nuestros amigos o pareja, quienes también forman
parte importante de la construcción interna y externa
de cada uno de nosotros.
nuestro objetivo principal, nuestras metas, el porqué
de todos los cambios que queremos hacer por dentro
y por fuera. Su luz y tamaño serán tan grandes como
tú quieras.
Cuando pienses en tus objetivos, considera algo
real y tangible, algo que tú mismo creas que podrás
conseguir, no importa si pasa una hora, tres días
o tres meses, ya que hay que ser honestos con las
posibilidades de cada uno y el compromiso que
estamos dispuestos a adquirir. Olvida el mito de las
doce uvas, tus propósitos pueden ser nueve, quince
o hasta uno, pero que sepas que te llenará en todos
estos aspectos y, que al final del 2020, mirarás hacia
atrás y sentirás esa bonita sensación de orgullo que
sólo los sueños cumplidos pueden brindar.
Las luces, que vendrían siendo la inspiración, ya
sea espiritual o filosófica, que nos guían por la vida,
aquellas que nos hacen ser quienes somos y, lo que
nos motivará a lo largo de este camino para conseguir
nuestros objetivos.
Aunque los comienzos no están sólo limitados a
enero, esta es una muy buena oportunidad de, no sólo
disfrutar el espíritu navideño y la unión familiar, sino
también para interiorizar y aceptar tu pasado, abrazar
quien eres, amarte y prepararte para los nuevos
objetivos que trae el futuro.
Por su parte, las esferas simbolizan esos “tesoros” o
posesiones materiales, lo que nos asegura estabilidad
económica, que si bien, no es tan indispensable como
la cercanía en familia, sí lo es (en algunos casos) para
garantizar nuestro bienestar. Nunca está de más
proponerse el sacar una casa o comprar el auto que
has soñado. Siempre y cuando te comprometas a
luchar por obtenerlo.
¡No tengas miedo al cambio!
Reinventarse es dejar el hábito de seguir siendo
el mismo de todos los días; aprende a llevar este
constante reto llamado vida, y toma siempre lo mejor
de esta. Sé feliz.
El soporte del árbol, es esa conexión entre nuestras
creencias y el mundo exterior, esa coherencia entre
lo que se dice y hace. Es recomendable revisar de qué
modo podríamos transformar nuestras creencias, en
formas de conducta, afines y abandonar aquellas que
nos hacen sentir incómodos. ¡Haz lo que creas y no lo
que debas!
Por último, recuerda que lo que parece ser el final
de algo, suele ser en realidad, la oportunidad para un
nuevo comienzo.
Y, por último, la estrella, el elemento que representa
Y tú, ¿qué vas a hacer por tu felicidad este Año Nuevo?
Articulo por: Rubí Maldonado / Sendy Martínez
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