COCA-COLA Y
SANTA CLAUS,
LA ESTRATEGIA DE MARKETING QUE REDEFINIÓ LA NAVIDAD
La representación de este personaje como lo conocemos en la actualidad es un claro
ejemplo de una de las campañas más exitosas en la historia
Con la llegada de la Navidad, es imposible no pensar en uno de los íconos más arraigados en la memoria po-
pular. Con su barba de algodón y su traje rojo, al son de su característica sonrisa “ho-ho-ho”, ya suponemos
que tienes en la mente la imagen de… Sí, hablamos de Santa Claus. Conocido también como Papá Noel, es
también un personaje entrañable que se apodera de todas las tiendas durante la Navidad, pues es imposible
no relacionarlo con regalos, reuniones en familia y, aunque de manera muy sutil, de Coca-Cola.
Aunque la historia real surge con la figura de San Nicolás de Bari, obispo de Myra (Turquía) y santo que, según
la tradición, entregó todos sus bienes a los pobres para convertirse en monje. Se cuenta, también que este
obispo tenía la particularidad de ser muy generoso con todos, en especial con los niños. Dicha leyenda tras-
cendió hasta llegar a Holanda y se volvió popular generando las primeras imágenes en donde, dependiendo al
artista que lo representara: podía ser desde un pequeño elfo hasta un hombre alto y delgado, con todo tipo de
indumentarias, como túnicas o chaquetones de piel. Como detalle, aunque mucha gente cree que Papá Noel
viste de rojo debido a su relación con Coca-Cola, este color ya había sido utilizado en numerosas ocasiones
en los ropajes de este personaje.
Fue gracias al poema de Clement C. Moore —“Una visita de San Nicolás” (1823)— el que influyó definitiva-
mente en la actual imagen de este personaje, ya que lo describe como “regordete”, “cachetón” y con “una bar-
ba larga de un blanco muy puro”. Aunque lo retrata como un “duende travieso”, su cuento fue definitivo para
convertir esta tradición en una festividad familiar. Para 1841 aparece una de las primeras imágenes de San
Nicolás, que posee muchas de las características del cuento de Moore. Estas representaciones inspiraron a las
ilustraciones de Thomas Nast para Harper’s Weekly, las que influyeron definitivamente en la imagen actual. A
pesar de que este San Nicolás conserva su aspecto de duende, los dibujos de Nast comenzaron a introducir
algunas características claves, como su aspecto más redondo, la barba blanca, el cinturón ancho con hebilla,
y la introducción del color rojo.
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