NO DEJES QUE LA PREOCUPACIÓN,
ESTRÉS Y ANDIEDAD TE DOMINEN
Sensaciones que dictan y modifican tu estado de ánimo y de salud, pueden ser revertidas
Existen diversos factores que pueden detonar síntomas y
desestabilizar al ser humano como persona, al grado de
desplomarse sino se detecta a tiempo y sino busca ayuda
correcta.
Actualmente nuestro entorno ha cambiado en gran me-
dida, se vive a un ritmo acelerado, las altas expectativas
a cumplir, falta de tiempo, tener calidad de vida, etcétera,
lo llegamos a reflejar mediante preocupación, estrés y an-
siedad, inclusive a temprana edad, afectando así nuestra
salud mental y física.
Preocupación
“La preocupación suele consistir en pensamientos repeti-
tivos y obsesivos”, de acuerdo a Melanie Greenberg, psicó-
loga clínica de Mill Valle.
Comencemos con que la preocupación solo es mental. Y
puedes reducir está alteración, al decidir no dedicarle de-
masiado tiempo (comienza con 20 minutos) y redirige tus
pensamientos de manera consciente. Esta es útil si tiene
como resultado un cambio, de lo contrario solo se conver-
tirá en un pensamiento obsesivo. ¡Mucho ojo!
Estrés
El estrés es una respuesta biológica normal en nuestra
vida. Los síntomas del estrés incluyen un ritmo cardiaco
acelerado, manos sudorosas y respiración rápida poco
profunda, dijo Luana Marques, profesora adjunta de Psi-
quiatría en la Facultad de Medicina de Harvard y presiden-
ta de la ADAA.
En cambio, el estrés crónico ocurre cuando tu cuerpo se
queda en este estado de lucha o huida de manera con-
tinua, este padecimiento puede desembocar, incluso en
problemas de salud.
Puedes reducir tus niveles de estrés haciendo ejercicio,
aceptando qué puedes controlar y qué no, para enfocar tu
energía en lo que sí puedes modificar.
Ansiedad
La ansiedad es psicológica. “La ansiedad es lo que ocu-
rre cuando te enfrentas a mucha preocupación y estrés” y
también es, de alguna manera, una respuesta a una falsa
alarma, de acuerdo a Marques.
En ocasiones, puedes sentirte ansioso (esto puede ser par-
te de la cotidianidad), muy diferente a padecer un trastor-
no de ansiedad. Esta es una enfermedad grave que podría
incluir estrés o preocupación. Si eres una persona con
fuerza de voluntad, ¡claro que puedes reducir la ansiedad!,
tan solo con limitarte en el consumo de azúcar, alcohol y
cafeína. Cambia tu foco de atención; revisa los dedos de
tus pies, muévelos, y cuando presentes una crisis de esta
índole, busca distraerte: escucha música, lee un libro, sal
con tus amigos… ¡Todo es posible con voluntad!
23