The tea time with …
Romualdo Ibáñez Orellana
“ Me encantaría que mis alumnos no solo vinieran a tomar notas a las clases, que vinieran a participar de lo que es la vida universitaria“
Ávido de conocimiento, se define como una persona inquieta, tanto intelectual como físicamente. Ambas afirmaciones nos quedan claras al conversar con él, donde nos confesó que siempre está con ganas de conocer la verdad y disfrutar la vida. Le gusta hacer deportes, escuchar música, y las pastas, las cuales no solo disfruta comer, sino también preparar y acompañar con buenos vinos. Porteño desde siempre, vivió 30 años en Valparaíso, estudió en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, hasta que contrajo matrimonio.“ Cuando me casé me trajeron de Valparaíso a Viña”, nos dice sonriendo.
por: Julio Díaz G. edición: Patricia Fuenzalida M. producción: Ramón Fuentes M. fotografía: Jaime Durán G.
A penas le consultamos si podría darnos una entrevista, tuvo una muy buena disposición. Y aunque pensamos que en poco tiempo no podríamos hacer todas las preguntas que queríamos – estábamos acostumbrados a realizar entrevistas de casi una hora y más –, no fue así. Con amabilidad, espontaneidad, alegría y rapidez, contestó a todas nuestras consultas, y así pudimos conocer otro poco de la vida de este inquieto profesor que siempre está buscando saber más.
- ¿ Cuándo decidió ser profesor?
-Cuando por casualidad reemplacé a una amiga de curso superior que estaba haciendo clases. Lo que pasa es que yo no quería ser profesor, porque me cargaba ser profesor, yo estudiaba Inglés para ser periodista y yo dije voy a estudiar Inglés unos dos años, voy a aprender Inglés y después estudio periodismo, pero descubrí amigos, polola, después cambié los planes y dije voy a estudiar Inglés y voy a terminar. Pero tampoco pensaba hacer clases, hasta que hice mi primera clase y me di cuenta de que me gustaba y que además a mis alumnos también les gustaba y entonces me convertí en profesor( ríe).
- ¿ Dónde estudió?
- ¿ Dónde trabajó antes?
-Antes de llegar a la universidad, en los Padres Franceses de Viña. En ese momento era un colegio de hombres y quedaba en 1 Norte con 1 Poniente y fue el primer colegio en el que trabajé. Y eso es muy interesante, si bien primero no quería ser profesor, luego no quería ser profesor de niños, y menos en un colegio particular. Tenía todo un prejuicio, entonces decía, no sé, no quiero hacerle clases a niñitos que me van a tratar mal, que van a creer que yo soy su empleado. Al final descubrí que era todo un prejuicio social que tenía y que en definitiva lo pasé muy bien, aprendí muchísimo y dejé de trabajar en ese colegio cuando todavía era un colegio solo de hombres. Ahora este colegio es mixto y está acá arriba en Padre Hurtado. Y empecé a estudiar el Magister en Lingüística Aplicada en paralelo con el trabajo en ese colegio y luego me gané una beca para hacer el Doctorado en Lingüística, también en la universidad. Entonces como era una beca de dedicación exclusiva en la que me pagaban un sueldo por estudiar y además me pagaban la matricula, no podía seguir trabajando, ésa era la condición. Entonces tuve que dejar ese colegio. Y de ahí no trabajé más en colegio. Después terminé el doctorado con calificación máxima, en tiempo récord y en la universidad decidieron contratarme y entonces comencé a trabajar acá y aquí he estado los últimos cinco años.
-En un liceo de Valparaíso con número y letra, en el Cerro Los Placeres. Y en la Universidad Católica.
- ¿ Tiene alguna anécdota de su paso por la universidad?
-Uff, muchísimas, muchísimas.
- ¿ Alguna que se pueda contar?
-No, no muchas, pero no era muy querido por las profesoras de Inglés. No. Porque era muy inquieto parece.
-Con respecto a los alumnos, ¿ qué espera de ellos?
-La verdad es que espero que sean capaces de descubrir sus verdaderos intereses y que si no es ser profesor, si no es la lingüística, si es la literatura, si es el cine o lo que sea, que sean capaces de descubrirlo, que no se pierdan la oportunidad de descubrir lo que existe en la universidad que es maravilloso, es la vida, o sea, me encantaría que mis alumnos no solo vinieran a tomar notas a las clases, que vinieran a participar de lo que es la vida universitaria, de que sean activos, que sean inquietos, que aprendan de todo lo que existe alrededor de ellos, eso básicamente.
NON 11