The NON Magazine - N° 06 | Page 17

Cuando Stiles despertó, con el brillo de la mañana colándose por la ventana y golpeándolo en el rostro, estaba confortablemente recostado con su cabeza apoyada en el torso de Derek, quien lo abrazaba por la cintura, y su chaqueta lo cubría como una pequeña manta. Moviéndose lentamente, para no despertar al hombre junto a él, Stiles lanzo un hondo suspiro al sentir la mano de Derek acariciar la parte de atrás de su cabeza. El joven subió la mirada, encontrándose con esos hermosos ojos verdes que le habían hecho perder el control dentro del auto, y solo sonrió estúpidamente; Derek sonrió de vuelta.
“ Ehhh … buenos días.”
“ Buenos días,” respondió Derek, sin dejar de sonreír.“ Aunque es técnicamente pasado mediodía.”
“ Bueno, alguien me mantuvo despierto hasta tarde anoche, por lo que no es mi culpa haberme quedado dormido,” fue la excusa del chico de los ojos color avellana, al momento que se levantaba de la cama, tomaba la ropa que Derek había dejado en una silla junto a la ventana y comenzaba a vestirse.“¿ Pasó algo después que me quedé dormido?,” preguntó al momento de ponerse la polera.“¿ Nada?”
“ Mmm … no, nada,” fue la escueta respuesta de Derek, poniéndose de pie y caminando hacia el joven que terminaba de vestirse. Tomándolo por la pretina del pantalón y acercando el cuerpo del joven hacia el suyo, susurro en su oído:“ tú fuiste lo mejor y más importante que me pasó anoche” para luego juntar sus labios en un tierno beso. Stiles sonrió y se soltó del abrazo para buscar sus zapatillas y terminar de vestirse.

La esquina poética de Anita María��

Mocha
Por Nicolás Meneses
De viaje un silbido a la esquina la madrugada da vista a siluetas que se abren como paracaídas y saltan en la oscuridad atacada con luminaria publica punzando la calle como una lanza
-la cinta del proyector se vuelva a dar la vuelta por lo mismoel cuerpo cae sobre el otro que se acomoda hasta verse juntos de espalda
el curaito contra los flaites no tiene por donde.
“ Creo que debería irme a casa, mi papá debe estar muy preocupado; de hecho, juro que va a matarme cuando llegue.” Al acercarse a la puerta, Stiles volteó para mirar fijamente al hombre que había tomado su virginidad, pensó en decir algo, pero solo giró nuevamente su cabeza hacia la puerta y tomó la manilla con intención de abrirla.
“ Hey Derek, hay algo que quiero saber, pero …” dijo al hombre que se encontraba a sus espaldas vistiéndose. Sin voltearse a mirarlo, Stiles sabía que su amante esperaba que continuase, pero las palabras no dejaron su garganta.“ No... no importa,” fueron las únicas palabras que el adolescente pudo decir, antes de abrir la puerta y comenzar a dejar la habitación.