Esto deviene en la imposibilidad de determinar con exactitud el comportamiento de todos y cada uno de los elementos que nos rodean. Heisenberg con éste su Principio de la Incertidumbre pone “el límite donde la Física termina y comienza la Literatura”, no sólo se aplica a los hechos sino también a la vida humana; pues si nos queremos acercar a una persona, al acercarnos e involucrarnos, la influenciamos y la vemos diferente. Este estado de duda permanente transforma al escritor, quién debe abandonar el absolutismo de sus dichos para ejercitar y vivir la impermanencia, para ser plural y transitorio. Todos los nuevos conceptos de Universos Paralelos (y sus realidades independientes), Entrelazamiento Cuántico, el espacio discontinuo, el tiempo que no es uniforme ni absoluto y se bifurca, etc; contribuye a modificar la filosofía de vida. Lo fundamental es la necesidad de la elevación de la conciencia para llegar a una mayor espiritualidad del hombre cuántico y por ende del escritor. Si todo es transitorio ¿por qué adjetivar al otro? ¿por qué no respetarlo en su transitoriedad? ¿por qué no considerarse como parte singular del mismo Todo que nosotros formamos parte?