The magazine MAQ September 2019 | Page 16

son equivalentes a lo Cuántico. No es que estén divorciados, sí se usan, si se necesitan pero… les falta mucho más para llegar al Arte Cuántico. En cada paradigma que aparece, la visión del mundo, de la vida y del hombre, es distinta, entonces y se produce una hecatombe, una re construcción de aquellas ideas, todos los elementos de una creación artística deben reflejarlo.

En el siglo XVII, época de la Física Clásica, Newtoniana – la utilizada para los macro fenómenos, el universo era inmutable, rocoso, predecible de curso lineal y mecánico. Todo era medible, ordenable, continuo, homogéneo, asimilable a un máquina como por ejemplo a un perfecto reloj, y ley de causa –efecto reinaba. ¿Cómo era pintura de aquellos tiempos? Figuras humanas y de la realidad casi perfectas, como si hubieran sido fotografiadas. Nadie podía imaginar algo distinto que pudiera existir. Era el karma del “ es así y nada más”. El puro determinismo anulaba el libre albedrío. ¿Y los escritos? Una sola realidad, descripta hasta el hartazgo, donde al lector se le imponía una imagen y rara vez-yo diría nunca- podía recrear lo que leía. El “si…entonces” invadía la Literatura. Era el tiempo de los artistas de la simetría, el paralelismo, la línea recta de espacio y tiempo, del amor como algo continuo, de la materia inequívoca, del es “blanco o negro”, etc.