NES
Nueva Escuela Secundaria de la Ciudad de Buenos Aires
PresentacióN
La enseñanza de la
química debe privilegiar un
aprendizaje en contexto, que
favorezca la interpretación
de la evolución de los
conocimientos, las
interacciones entre ciencia,
tecnología y sociedad y
la consideración de las
cuestiones éticas que
subyacen en la aplicación, y
el impacto de esos saberes
en la vida cotidiana.
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El propósito de la asignatura, ubicada en quinto año (excepto en la Orientación en Ciencias Naturales, en la cual
esta materia pasa a integrar cuarto año) es recuperar
los contenidos químicos abordados en tercer año (en la
asignatura Físico-Química) y avanzar en el estudio sistemático de las teorías, modelos y procesos químicos que
se relacionan con problemáticas cotidianas y procesos
naturales y antropogénicos que inciden en el entorno. En
este sentido, los contenidos propuestos operan como
herramientas conceptuales que facilitan el análisis e interpretación de situaciones del entorno inmediato cotidiano y de algunas interrelaciones entre ciencia, tecnología y sociedad de gran relevancia para el siglo XXI.
Esta unidad curricular promoverá que los alumnos
modifiquen y enriquezcan su conocimiento del mundo
a través de una mirada química, a la vez que adquieran un mayor dominio sobre los procedimientos utilizados por la química y fortalezcan el desarrollo de las
capacidades que los pueden ayudar a interpretar fenómenos químicos cotidianos, utilizando modelos progresivamente más cercanos a los consensuados por
la comunidad científica. La enseñanza de la química
en la escuela secundaria debe promover la formación
de ciudadanos y ciudadanas científica y tecnológicamente alfabetizados. Como consecuencia del cambio
de paradigma en curso, se acepta que el lenguaje de
la ciencia, sus procesos de producción y sus métodos
constituyen una parte imprescindible en la cultura de
esta época.
La enseñanza de la química en la escuela secundaria se orienta hacia una mejor comprensión de los modos de producción del conocimiento científico y otorga
un lugar relevante al pensamiento sobre la ciencia, con
intención de favorecer en los estudiantes la interpretación de su naturaleza, el aprecio y valoración de sus
efectos, la consideración del alcance social de los mismos y la toma de postura ante ellos como ciudadanos
informados, críticos y transformadores.
Para que estas expectativas se concreten, la enseñanza de la química debe privilegiar un aprendizaje
en contexto, que favorezca la interpretación de la evolución de los conocimientos, las interacciones entre
ciencia, tecnología y sociedad y la consideración de las
cuestiones éticas que subyacen en la aplicación, y el
impacto de esos saberes en la vida cotidiana.
Esta direccionalidad de la enseñanza intenta propiciar la formación de ciudadanos y ciudadanas conscientes de la importancia y el propósito de ciertas actividades humanas y contribuir al análisis crítico, desde
una perspectiva química, que facilite la comprensión
sobre el alcance de las mismas. Esto les permitirá asumir, en su vida cotidiana, actitudes reflexivas vinculadas
a la valoración realizada.
Todo ello significa un mayor empeño en la formación
integral de los alumnos, para que puedan alcanzar esa
cultura científica básica que jalone su vida presente y
futura, que posibilite su inserción en los ámbitos laborales y, si así lo desean, en los de la educación superior,
para la continuidad de sus estudios.
Para lograr que los alumnos alcancen estas competencias, es conveniente establecer puentes que posibiliten la comprensión de ciertos modelos y teorías
científicas con las que podrán interpretar fenómenos
y describirlos con un vocabulario adecuado, formular
anticipaciones (hipótesis), diseñar estrategias personales para resolver situaciones problemáticas y discriminar
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