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Introducción a la arquitectura. Conceptos fundamentales
ría un amplio espectro de cosas o producciones.
Kannon quiere decir caña, medida o vara:
designa un instrumento que se encuentra en la
mano del arquitecto. Con el cual, como símbolo,
es representada durante siglos la figura de Pitágoras. Medida adecuada, orden adecuado, unidad
de medida: canon. La medida es garantía de estabilidad en la construcción del edificio antiguo.
La regularidad en la medida es un instinto de
la obra que se establece según la tradición constructiva, que se perfecciona en el experimento
de cada construcción. Los templos de la antigua
Grecia fueron proporcionados y los sistemas de
proporciones que se establecían en cada uno de
los órdenes conocidos constituían una serie ya
explorada de valores que aseguraban su corrección, su belleza, su armonía.
El mismo principio se adivina en las proporciones dadas a la representación del cuerpo
humano en la escultura. Kannon fue el nombre
dado a un tratado atribuido a Polícleto, uno de
los escultores más conocidos de la antigüedad
griega, cuya fama perduraba en época helenística y romana. Este dato nos permite relacionar
el arte escultórico, probablemente la casi ignorada por nosotros pintura, y la arquitectura: habilidades que deben centrarse en el conocimiento
de los sistemas de medidas y proporciones adecuados.
La tradición constructiva griega fue unida
a la tradición romana hacia el siglo II aC, cuando
la expansión de la Roma republicana alcanzó al
dominio del ámbito central de Grecia. La mayor
parte de los elementos que ahora llamamos estéticos se adhirió a una base edificatoria distinta,
como si se plasmara sobre las estructuras de edificios más complejos, requeridos en una sociedad también más compleja, una mera epidermis
entregada a la belleza. Esta actitud señala un
reconocimiento de la armonía que presentaban
las obras construidas por los griegos. Al adherirse de esta tradición, tomando las imágenes de
la arquitectura griega en un sentido ornamental,
las tradiciones constructivas de la Roma republicana primero, y, fundamentalmente, de la Roma
imperial, se adhirieron también al principio de
las proporciones, del orden y de la medida adecuada, sin establecer respecto a estos valores verdaderas innovaciones. La urgente construcción
de un mundo completo, extendido sobre el vasto
manto del imperium, tomó al vuelo el sentido de
ese orden que vinculaba la arquitectura con las
ideas trascendentes de la belleza.
A la última Roma republicana, en concreto
de la época de Augusto, antes de la construcción
de los monumentos que han quedado identificados a la memoria del imperio, pertenece el texto
de Vitruvio, De Architectura libri decem, que
constituye u na forma explícita de asumir la tradición estética de la arquitectura griega. Vitruvio
se muestra incapaz de reflexionar sobre lo bello
en esencia, pero transcribe las fórmulas de proporciones y medidas, de razones y relaciones,
en una continua cantinela que atraviesa sus diez
volumia, y con ellos, la selva de descripciones
constructivas, de materiales y usos, de discursos
técnicos y metódicos. Los términos con los que
Vitruvio alude a las componentes estéticas de
la arquitectura no son sistemáticos, se barajan
Hay que ser muy prudente a la hora de afirmar una aplicación
consciente a las obras construidas de “conceptos” matemáticos.
Se deberían revisar algunos trabajos críticos que han adjudicado
esta conciencia a las producciones artesanales del mundo antiguo y
medieval. Un ejemplo es el estudio ya clásico de Matila C. Ghyka,
El número de oro. Ritos y ritmos pitagóricos en el desarrollo de la
civilización occidental, Poseidón, Buenos Aires, 1968.
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© Los autores, 2001; © Edicions UPC, 2001.