Test Drive | Page 48
48
Introducción a la arquitectura. Conceptos fundamentales
Por otro lado, en ámbitos más académicos como en las bibliotecas construidas por
Henri Labrouste en París, el hierro se asoció a la
retórica de los estilos arquitectónicos, adaptándose a la posibilidad de una esbeltez en los perfiles que la piedra no hubiera podido ni siquiera
intentar. La mimesis del hierro siguió caminos
separados: el de las imágenes ingenieriles y el
de la propia arquitectura historicista del XIX.
En esta segunda vía las bibliotecas de Labrouste
suponen una progresión muy clara: desde la
biblioteca de Sante Geneviève construida en
1850, hasta la Biblioteca Nacional, construida
una década más tarde, media una reflexión
determinante sobre las posibilidades de dirigir
la estructura metálica hacia un lenguaje más
arquitectónico.35
En el plano teórico del XIX, con un pie en
los ambientes académicos y otro fuera de ellos,
Viollet-le-Duc se entretuvo en figurar remotas
posibilidades formales aplicables al hierro. La
asociació n con el nacionalismo francés y su reivindicación histórica del arte gótico influyó decisivamente en esta exploración de los recursos
estéticos, simbólicos, figurativos y técnicos del
hierro. Exploración desdoblada así en una multitud de frentes que caracterizan la complejidad del
hacer arquitectónico del XIX. La obra de Viollet,
Entretiens sur l’Architecture, publicada en 1863,
es uno de los primeros ejercicios de teoría que
se adentra en los borrosos espejismos de las imágenes del futuro. Probablemente acertó menos
en las formas elaboradas que en la afirmación
expresa de una lógica esencial, estricta, que la
arquitectura del siglo XX ha intentado efectivamente perfeccionar.
La última transformación de la técnica arquitectónica del XIX, encadenada también al uso del
hierro como material de producción masiva, fue su
aplicación al hormigón armado. El hormigón conseguido a partir del nuevo cemento de obtención
química, muy resistente a la compresión, se asoció
al hierro para conseguir la resistencia a la tracción.36 La antigua argamasa romana había desaparecido de la técnica constructiva desde la misma
dispersión del Imperio Romano de Occidente. El
nuevo hormigón no disponía de la antigua puzzolana, sino de cemento artificial, obtenido en la
compleja cocción de la molienda de piedras calcáreas con contenido de arcillas.37 La patente de
1824 corresponde al ingeniero británico Aspdin.
Las primeras pruebas de armadura de hierro sirvieron a pequeños objetos constructivos, prefabricados, patentados por Joseph Monier en 1849. El
hormigón armado con redondos de acero y moldeado en obra fue utilizado en los forjados estructurales por Hennebique en 1888.
Sus despliegues arquitectónicos completos, y la muestra de transformaciones posibles
para la arquitectura,38 corresponden a las obras
realizadas ya en los primeros años del siglo XX:
como las primeras obras de Auguste Perret, especialmente sus iglesias de Notre Dame du Raincy
y de Montmagny, construidas en los años 20.
En cierto modo, el hierro trajo como consecuencia al hormigón armado: en el sentido de
la evolución técnica guardan entre sí una relación
causal. Sin embargo, el hormigón como material
realizado en obra insinúa posibilidades que el
Hereu, op. cit.
Paricio, op. cit.
37
González, José Luis, Claves del construir arquitectónico, Gustavo Gili, Barcelona, 1997.
38
Pevsner, Nikolaus, Pioneros del diseño moderno, Ediciones Infinito, Buenos Aires, 1977.
35
36
© Los autores, 2001; © Edicions UPC, 2001.