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Introducción a la arquitectura. Conceptos fundamentales
imperiosa función de la técnica. Sirvan de ejemplo estos elementos seleccionados de entre las
tradiciones más próximas a la cultura occidental.
En la tradición judeocristiana, según narración que recoge el libro del Génesis, Dios crea
al hombre y le concede el imperativo de dominar
sobre el resto de las criaturas, el dominio sobre
el medio entraña la primera demanda técnica:
“Poblad la tierra y sometedla. Dominad
sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo,
y sobre cuantos animales se mueven sobre la
tierra”.
Aunque el dominio tendrá el precio del
esfuerzo, lejos del Paraíso originario. Así la temible maldición de Yavé:
“Maldita sea la tierra por tu culpa. Con
trabajo sacarás de ella tu alimento todo el tiempo
de tu vida”. (Génesis 3, 17)
La narración bíblica contiene también la
condición de un límite para el dominio técnico:
anuncia una vigilancia que la misma criatura
humana deberá asumir, para no destruir las
raíces de su propio medio. El castigo por la
ambición técnica desmedida está expuesto justamente a una tarea arquitectónica, la construcción
de la torre de Babel.
“Toda la tierra tenía una misma lengua y
usaba las mismas palabras. Los hombres en su
emigración desde Oriente, hallaron una llanura
en la región de Senaar y se establecieron allí.
Y se dijeron unos a otros: `hagamos ladrillos y
cozámoslos al fuego´. Se sirvieron de ladrillos
en lugar de piedras y de betún en lugar de argamasa. Luego dijeron: `edifiquemos una ciudad
y una torre cuya cúspide llegue hasta el cielo.
Hagámonos así famosos y no estemos más dispersos sobre la faz de la tierra´. Mas Yavé descendió para ver la ciudad y la torre, que los
hombres estaban levantando y dijo: `he aquí que
todos forman un solo pueblo y todos hablan una
misma lengua, siendo éste el principio de sus
empresas. Nada les impedirá llevar a cabo todo
lo que se propongan. Pues bien descendamos y
allí mismo confundamos su lenguaje de modo
que no se entiendan los unos a los otros´. Así
Yavé los dispersó de allí sobre toda la faz de la
tierra y cesaron en la construcción de la ciudad.
Por ello se llamó Babel, porque allí confundió
Yavé la lengua de todos los habitantes de la tierra
y los dispersó por toda la superficie”. (Génesis
11, 1-9)
La técnica empina al hombre hacia la condición de los dioses, por ella los mismos dioses
le temen. En Prometeo encadenado, Esquilo describe el estadio anterior al prodigio técnico, que
se simboliza como la obtención del fuego, primera etapa del dominio del mundo, estadio en el
cual el hombre arrastraba una existencia oscura:
“Ante todo, veían, sin ver nada, y oían sin oír;
cual vanos sueños, gozaban de una vida dilatada, donde todo ocurría a la ventura: ignoraban las casas de ladrillos, al sol cocidos, la
carpintería. Vivían bajo la tierra en una grutas
sin sol, como las próvidas hormigas.” 3
El hombre pretécnico es un ser dominado,
no un ser que domina. También en el mito de
Prometeo se encuentra descrita la capacidad técnica como riesgo. Prometeo roba el fuego para
darlo a los hombres, pero la amenaza del castigo
sobrevuela la narración: es advertencia de los
límites y precio por esa concesión de los dioses.
La posesión de habilidades entraña sacrificio y
trabajo, y debe guardar las prohibiciones. En Los
Prometeo encadenado. Edición de J. Alsina Clota, en Esquilo,
Tragedias Completas, Cátedra, Madrid, 1990, pp. 456-457.
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© Los autores, 2001; © Edicions UPC, 2001.