unos sacos aéreos en el interior del cuerpo y unos espacios de aire en el
interior de algunos huesos; y todas estas cavidades internas están
conectadas con los pulmones y son una ayuda a la respiración pulmonar.
Los sistemas circulatorio y respiratorio de los animales terrestres se
modifican y se adaptan según sean las condiciones ambientales del medio
en que se encuentren. Por ejemplo, quienes viven en los Andes, a altitudes
de 3.000 m o superiores, tienen los pulmones más grandes, los capilares
más ramificados y un ritmo cardiaco más elevado. Por otra parte, su sangre
contiene un 30% más de glóbulos rojos que la de las personas que viven al
nivel del mar, y además son capaces de vivir con un tercio menos de
oxígeno.
Los mamíferos acuáticos, en general, tienen los pulmones grandes y
sistemas venosos complejos para el almacenamiento de la sangre. El
volumen sanguíneo de las ballenas y las focas es un 50% mayor por
kilogramo de peso que el de los seres humanos; gracias a ello pueden
mantener oxigenados los tejidos del cuerpo durante mucho tiempo, sin
respirar. Las ballenas pueden permanecer sumergidas desde 15 minutos
hasta más de una hora, según las especies; el elefante marino puede
permanecer bajo el agua 30 minutos; en el caso de las focas, cuando una de
ellas se sumerge su frecuencia cardiaca desciende de 150 a 10 latidos por
minuto y el contenido de oxígeno de la sangre arterial es del 20% en ese
momento. Cuando la cantidad de oxígeno está próxima al 2%, la foca sale a
la superficie a respirar.
Respiración humana
En los seres humanos y en otros vertebrados, los pulmones se localizan en
el interior del tórax. Las costillas forman la caja torácica, que está delimitada
en su base por el diafragma. Las costillas se inclinan hacia adelante y hacia
abajo cuando se elevan por la acción del músculo intercostal, provocando
un aumento del volumen de la cavidad torácica. El volumen del tórax
también aumenta por la contracción hacia abajo de los músculos del
diafragma. En el interior del tórax, los pulmones se mantienen próximos a
las paredes de la caja torácica sin colapsarse, debido a la presión que existe
en su interior. Cuando el tórax se expande, los pulmones comienzan a
llenarse de aire durante la inspiración. La relajación de los músculos
tensados del tórax permite que éstos vuelvan a su estado natural contraído,
forzando al aire a salir de los pulmones. Se inhalan y se exhalan más de 500
cc de aire en cada respiración; a esta cantidad se denomina volumen de aire
corriente o de ventilación pulmonar. Aún se pueden inhalar 3.300 cc más de
aire adicional con una inspiración forzada, cantidad que se denomina
volumen de reserva inspiratoria. Una vez expulsado este mismo volumen,
aún se pueden exhalar 1.000 cc, con una espiración forzada, cantidad
llamada volumen de reserva espiratoria. La suma de estas tres cantidades se
llam H