19. Los sacerdotes se irritaron con las palabras que Jesús
habló, se lanzaron sobre él, lo capturaron y le habrían hecho
daño.
20. Pero Lamaas levantó la mano y dijo: Sacerdotes de Brahm,
tened cuidado. No sabéis lo que hacéis. Esperad hasta que
conozcáis al Dios que éste joven adora.
21. He visto a este joven en meditación y le he visto rodeado de
una luz más refulgente que la luz del sol. Tened cuidado, porque
su Dios puede ser más poderoso que Brahm.
22. Si Jesús habla la verdad, si tiene razón, no podéis forzarle a
desistir. Si está en un error y vosotros estáis en lo justo, sus
palabras nada producirán, ya que justicia es poder que al final
prevalece.
23. Con esto, los sacerdotes se refrenaron de hacer daño a
Jesús. Pero uno de ellos habló y dijo:
24. ¿Por ventura este joven insensato no ha hecho violencia en
este sagrado lugar a Parabrahm? La ley es clara y dice: Quien
vilipendiare el nombre de Brahm, morirá.
25. Lamaas intercedió por la vida de Jesús. Entonces los
sacerdotes cogieron un azote de cuerdas, y le arrojaron del
lugar.
26. Y Jesús se fue; y encontró albergue con los negros y los
amarillos, los sirvientes y los cultivadores de la tierra.
27. A ellos les habló primero de la doctrina de la igualdad, de la
Fraternidad Humana y de la Paternidad de Dios.
28. La gente sencilla le oía con deleite, y aprendía a orar: Padre
Dios Nuestro que estás en los cielos.
Capítulo 25
Jesús enseña a los sudras y a los campesinos. Relata la parábola de
un noble y de sus hijos injustos. Hace conocer las potencialidades de
todo hombre.
1. Cuando Jesús vio a los sudras y a los campesinos que en
grandes multitudes acercábansele a oír sus palabras, les habló
una parábola y dijo:
2. Un noble poseía una vasta hacienda. Tenía cuatro hijos. los
que deseaba que crecieran fuertes, dependiendo en sí mismos y
haciendo uso de todos los talentos que poseían.
3. Y dio pues a cada uno una parte de su gran riqueza, y los
despidió para que fueran por sus caminos.