14. Se acercó a Pedro e iba a lavarle los pies, cuando éste dijo:
Señor, ¿me vas a lavar los pies?
15. Y Jesús dijo: No comprendes el significado de lo que estoy
haciendo, pero lo comprenderás.
16. Y Pedro dijo: No, mi Maestro, no. Tú no te doblarás para
lavarme los pies.
17. Y Jesús dijo: Mi amigo: si no te lavo los pies no tienes parte
conmigo.
18. Y Pedro dijo: Entonces, oh, mi Señor, lávame ambos pies y
las manos y la cabeza.
19. Y Jesús le dijo: Quien se ha bañado está limpio y no
necesita lavarse, excepto los pies.
20. Los pies son verdaderamente símbolos de la comprensión
con el corazón del hombre; quien quiera ser limpio, ha de lavar
bien su comprensión diariamente en el arroyo viviente de la
vida.
21. Entonces Jesús se sentó con sus discípulos a la mesa y
dijo: Oíd la lección de la hora.
22. Me llamáis Maestro. Lo soy. Si pues, vuestro Señor y
Maestro se arrodilla y os lava los pies ¿no deberíais el uno lavar
los pies del otro, mostrando así voluntad de servir?
23. Vosotros sabéis estas cosas y si las hacéis sois tres veces
benditos:
24. Y entonces dijo: Este es el momento en el que
verdaderamente puedo ensalzar el nombre de Dios; porque
mucho he deseado comer con vosotros esta cena antes que yo
pase el velo.
25. Porque no la comeré otra vez hasta que de nuevo la coma
con vosotros en el reino de nuestro Padre Dios.
26. Entonces todos cantaron el himno hebreo de la alabanza
que los judíos tenían que cantar antes de la fiesta.
27. Y entonces todos comieron la pascua, y mientras comían el
maestro dijo: Mirad que uno de vosotros se alejará de nosotros
esta noche y me entregará en manos perversas.
28. Los discípulos se asombraron de lo que decía, se miraban
unos a otros las caras, maravillados, y exclamaron: ¿Señor, soy
yo?
29. Y Pedro le dijo a Juan que estaba sentado al lado del Señor:
¿A quién se refiere?