23. Ahora bien, cinco eran prudentes; llenaron sus lámpara de
aceite. Las otras cinco eran fatuas porque llevaron lámparas
vacías.
24. El novio no vino a la hora esperada; las vírgenes se
cansaron de esperar y se durmieron.
25. A la media noche se oyeron gritos: Mirad que el novio llega.
26. Las vírgenes se levantaron. Las prudentes rápidamente
acicalaron sus lámparas y avanzaron listas a recibir al novio.
27. Las fatuas dijeron: No tenemos aceite, nuestras lámparas no
arden.
28. Trataron de pedir prestado de las prudentes, quienes
dijeron: No tenemos aceite de sobra. Id a los comerciantes,
comprad y llenad vuestras lamparas y entonces venid a
encontrar al novio.
29. Pero mientras iban a comprar el aceite el novio llegó. Las
vírgenes que estaban listas con sus lámparas bien acicaladas
se fueron con él a la boda.
30. Y cuando las vírgenes fatuas volvieron, las puertas estaban
cerradas y aunque golpeaban y llamaban a voces, la puerta no
se abrió.
31. El maestro de la fiesta exclamó: No os conozco, y las
vírgenes se fueron por su camino, en desgracia.
32. Y reitero otra vez y vosotros debéis reiterarlo a los que os
sigan:
33. Estad atentos día y noche porque cuando menos esperéis el
Señor vendrá.
34. Mirad que cuando venga con todos sus mensajeros de luz,
se abrirán el Libro de la Vida y el de las Memorias; los libros en
que están escritos los pensamientos, las palabras y las obras.
35. Y cada uno puede leer el archivo de lo que él mismo ha
escrito y saber su destino antes que el Juez juzgue, y éste será
el tiempo de la selección.
36. De acuerdo con el archivo el hombre tendrá lo suyo.
37. El Juez es la justicia, rey de toda la tierra, que separará los
corderos y los cabríos.
38. Los corderos encontraran su sitio a la derecha, los cabríos a
la izquierda, y cada hombre conocerá su sitio.
39. Entonces el Juez dirá a los que están a la derecha: Vosotros
benditos del Padre–Dios, venid a vuestra herencia que os fue
preparada desde tiempos antiguos.