28. Ahora bien, cuando fueron a casa, un hombre se permitió
volver a preguntar del divorcio.
29. Y Jesús dijo otra vez lo que había dicho, al fariseo y
entonces dio una ley más alta de vida matrimonial.
30. Quien quiera que despida a su esposa, a menos que sea una
cortesana y toma otra mujer, es culpable de adulterio.
31. La mujer que abandona a un hombre a menos que sea un
libertino y un adúltero, y viene a ser la esposa de otro hombre,
comete adulterio.
32. Y Tomas preguntó: ¿Qué es adulterio?
33. Y Jesús dijo: Quien alberga pensamientos lascivos y
apetece cualquier otra mujer que no sea su esposa, es adúltero.
34. La esposa que alberga pensamientos lascivos y que apetece
cualquier hombre que no es su marido, es una cortesana.
35. El hombre no puede hacer una Ley que pueda atar dos
corazones.
36. Cuando dos están unidos por el amor, no tienen
pensamientos lascivos. La mujer no puede abandonar a su
marido; el hombre no desea despedir a su mujer.
37. Cuando el hombre y la mujer albergan pensamientos
lascivos y apetecen otra carne, no son uno, no han sido unidos
por Dios.
38. Y Felipe dijo: Señor: ¿son pocos los que Dios ha unido en
los lazos de santo matrimonio?
39. Y Jesús dijo: Dios conoce al puro de corazón. El lascivo y la
lasciva no son sino criaturas de ego lascivo; no pueden ser
uno; no pueden ser uno con Dios.
40. Nataniel dijo: ¿No sería aconsejable que todo hombre se
abstenga de prestar la promesa matrimonial?
41. Y Jesús dijo: El hombre no es puro porque no se casa. El
lascivo es adúltero esté casado o no.
42. Entonces dijo a todos: Algunas cosas las conoce el hombre
porque se las han dicho: otras no le son conocidas hasta que
se abran las puertas de la conciencia.
43. Hablo un misterio que ahora no podéis comprender, pero
que algún día comprenderéis.
44. Un eunuco es un hombre que no siente sexualismo; algunos
hombres son eunucos de nacimiento, otros lo son por obra
humana y otros lo son por la Santa Respiración que los hace
libres en Dios por medio del Cristo.