12. Y a le hora undécima va otra vez y encuentra a doce
hombres aparentemente ociosos y les dice: ¿Porqué estáis aquí
ociosos todo el día?
13. Ellos dicen: porque no tenemos trabajo que hacer y nadie
arrienda nuestros servicios.
14. Entonces los envía a su terreno a trabajar.
15. Y cuando viene la tarde el dueño dice a su mayordomo:
Llama a los trabajadores en el terreno y págales por sus
servicios y todos fueron pagados y cada uno recibió una
moneda por su estipendio.
16. Ahora bien, cuando los doce que no sirvieron sino desde la
hora undécima recibieron cada uno una moneda, los tres se
sintieron grandemente agraviados y dijeron:
17. Estos doce sólo han trabajado una hora y ahora reciben
igual pago que nosotros que hemos trabajado todo el día bajo
un sol abrazador. ¿No deberíamos tener nosotros al menos dos
monedas por nuestra labor?
18. El agricultor contestó: Mis amigos, no os he hecho nada
injusto, ¿No tuvimos un convenio cuando vinisteis a trabajar?
¿No os he dado vuestro pago completo?
19. ¿Qué os importa si pago a esos hombres una suma mayor o
menor? Tomad lo que es vuestro e idos, porque daré a los doce
lo que daré a los tres, a los cinco y a los siete.
20. Ellos hicieron todo lo que pudieron y vosotros habéis hecho
todo lo que pudisteis.
21. El salario de un hombre esta basado en la intención del
corazón.
22. Mientras Jesús enseñaba, llegó un fariseo y le dijo: Señor:
¿es legal que un hombre despida a su mujer?
23. Y Jesús dijo: Tú debes saberlo. ¿Qué dice la Ley?
24. El fariseo contestó: la Ley permite que el hombre se divorcie
y entonces despida a su mujer.
25. Y Jesús dijo; La dureza del corazón humano indujo al
legislador a dar disposiciones como ésta, pero al principio no
fue así.
26. Dios hizo una mujer para un hombre y ellos fueron uno y él
dijo después. El hombre dejará a su padre y a su madre para
seguir a su mujer; ya no son separados, son uno, una carne.
27. Lo que Dios ha unido, ningún hombre puede separar.