15. Por otra parte bien sabéis que los profetas no vienen de
Galilea,
16. Los gobernantes del templo sintieron la fuerza de lo que los
oficiales y Nicodemus habían dicho y no dijeron más.
17. Las multitudes se fueron cada uno a su casa, pero Jesús se
fue al Monte de los Olivos donde pasó la noche en meditación.
18. Mas así como el sol hubo aparecido en la mañana. Jesús
regresó y muchas gentes vinieron a verle en los patios del
templo donde él se sentó y enseñó a las multitudes.
19. Los fariseos y los escribas estaban todavía atentos a ver si
decía algo que les dé causa para condenarle por las palabras
que hablara.
20. Los oficiales del templo habían prendido a una cortesana en
el acto mismo criminal y, mientras Jesús enseñaba, le trajeron a
la mujer, la colocaron en el medio y dijeron:
21. Maestro, esta mujer vil ha sido sorprendida en adulterio. La
Ley de Moisés dice que semejante mujer debe morir, apedreada
hasta la muerte. ¿Cuál dices tú que debe ser su castigo?
22. Y Jesús se inclinó e hizo una figura en el suelo y en ella
colocó el número de un alma, y entonces se sentó en
pensamiento silente.
23. Y cuando los sacerdotes le exigieron que hablara dijo: El
que no haya pecado que avance y que sea el primero que le
arroje una piedra.
24. Entonces cerró los ojos y no dijo ni una palabra más.
Cuando se levantó y vio que la mujer estaba completamente
sola, dijo:
25. ¿Dónde están los que aquí te trajeron? ¿Tus acusadores?
26. La mujer dijo: Todos se han ido. No hay aquí ni uno que me
condene.
27. Y Jesús dijo: Y yo tampoco te condeno. Ándate en paz y no
peques más.
Capítulo 135
Jesús enseña en el templo. Revela algunos de los más profundos
significados del ministerio cristiano. Los gobernantes del templo
grandemen FRV