19. Mirad que por todas partes hay ofensas. El hombre
encuentra ocasiones de pecar y caer, y crece en fortaleza
cuando rebota al caer.
17. Pero ay de aquel que hace tropezar y caer a otro.
18. Estad prevenidos hombres de Dios, no sea que forzéis a
alguno a caer; tened cuidado de no caer en vía errónea vosotros
mismos.
19. Ahora bien, si vuestras manos os inducen a errar, es mejor
que os las cortéis, porque es muchísimo mejor no tener manos
y no ser culpables a los ojos de Dios y de los hombres que ser
perfecto en la forma y perder el alma.
20. Y si vuestros pies ocasionan ofensa, es mejor que los
cortéis, porque es muchísimo mejor entrar en la vida sin pies
que caer bajo la maldición,
21. Y si vuestros ojos u oídos os inducen al error, es mejor
perderlos todos que perder el alma.
22. Vuestros pensamientos, palabras y hechos serán todos
probados por el fuego.
23. Recordad que sois la sal de tierra; pero si perdéis las
características de sal, ya no sois sino desechos a los ojos de
Dios.
24. Retened las características de sal de vida y mantened la paz
entre vosotros.
25. El mundo esta lleno de hombres que no tienen en sí la sal
de vida y están perdidos. Yo vine a buscar y a salvar a los
perdidos.
26. ¿Cómo pensáis? Si un pastor tiene cien ovejas y se les
desvía una ¿no dejaría las noventa y nueve,
27. E iría por los caminos del desierto y por las cimas de las
montañas buscando la que se extravió?
28. Sí, y vosotros lo sabéis; y si encuentra la que se extravió, he
aquí que se alegra y se regocija por ello mucho más que por las
noventa y nueve que no se extraviaron.
29. Y del mismo modo hay regocijo en los planos celestiales
cuando un nacido humano que se ha encaminado por la vía
errónea, vuelve a la correcta.
30. Sí. Hay más regocijo que por todos los hombres que siendo
naturalmente correctos, nunca hacen cosa alguna errónea.