8. La vía es el Cristo, la puerta es el Cristo, y la ascensión es por
la vía del Cristo. Ningún hombre viene a Dios sino por la vía del
Cristo.
9. El reino de Cristo vendrá; sí; algunos de los que me
escucháis no cruzaréis el umbral de la muerte sin haber visto el
reino ya en el poder.
10. Por siete días el maestro y los doce se quedaron en Cesárea
Filipense.
11. Entonces Jesús, tomando consigo a Pedro, Santiago y Juan,
se fue a la cima de una montaña a orar.
12. Y mientras oraba, apareció una luz brillante. Entonces sus
formas se tornaron radiantes como una piedra preciosa;
13. Su faz brillante como el sol; sus vestidos parecían tan
blancos como la nieve; el hijo del hombre se había
transformado en hijo de Dios.
14. Se transformó para que los hombres corpóreos puedan
darse cuenta de los poderes del hombre.
15. Los tres discípulos estaban dormidos cuando vino al
principio la gloria. Un maestro tocó sus ojos y les dijo:
Despertad y ved la gloria del Señor.
16. Y se despertaron y vieron la gloria del Señor. Más todavía:
vieron la gloria del mundo celeste, pues vieron dos hombres de
pie al lado del Señor.
17. Y Pedro preguntó al maestro que los había despertado
¿Quiénes son estos hombres que están al lado del Señor?
17. El maestro dijo: son Moisés y Elías que han venido para que
podáis llegar al convencimiento de que cielo y tierra son uno;
de que los maestros de aquí y allá son uno;
19. El velo que separa los mundos es simplemente un velo
etéreo. Para los que llegan a purificar sus sensaciones por fe, el
velo se disipa. Entonces el hombre se da cuenta de que la
muerte es simplemente una ilusión.
20. Entonces Pedro dijo: Alabado sea Dios. Y dirigiéndose a
Jesús dijo: Mi maestro y mi señor, ésta es la entrada al cielo.
Bueno sería permanecer aquí.
21. ¿No pudiéramos bajar y traer tres tiendas: una para tí, una
para Moisés y otra para Elías: Pero Jesús no contestó.
22. Y Moisés y Elías hablaron con Jesús en la montaña.
Hablaban del enjuiciamiento de Jesús, que se acercaba.