1. Más allá del río Eufrates vivían los magos; hombres sabios
que leían el lenguaje de las estrellas y adivinaron que uno, un
alma maestra, había nacido; vieron su estrella sobre Jerusalén.
2. Y entre ellos existían tres sacerdotes magos que habían
ansiado ver al maestro de la edad que comienza; y tomaron
regalos y de apuro fueron al oeste en busca de Aquel, el Rey
recién nacido, para que pudieran honrarlo.
3. Y uno llevó oro, símbolo de nobleza, otro, mirra, símbolo de
dominio y de poder; incienso llevó el otro, símbolo de la
sabiduría del sabio.
4. Cuando los magos llegaron a Jerusalén, las gentes estaban
asombradas y preguntaban quienes eran ellos y a qué venían.
5. Y cuando ellos preguntaron ¿Donde esta el niño que ha
nacido rey? el trono mismo de Herodes pareció tambalear.
6. Y Herodes mandó a un hombre de su corte a traerle a los
magos.
7. Y cuando vinieron, volvieron a preguntar ¿Dónde está él rey
recién nacido? Y agregaron: Estando más alla del Eufrates
vimos levantarse su estrella y hemos venido a honrarlo.
8. Y Herodes palideció de miedo. Pensó que tal vez los
sacerdotes habían hecho un complot para restablecer el reino
de Judea, y se dijo a sí mismo: Sabré más acerca del niño que
ha nacido rey.
9. Y pidió a los sacerdotes magos que se quedaran por algún
tiempo en la ciudad y que él mismo les diría todo acerca del rey.
10. Convocó un congreso de todos los maestros judíos de la ley
y les preguntó: ¿Qué han dicho los profetas judíos respecto de
este Uno?.
11. Los maestros judíos le contestaron diciendo: Por mucho
tiempo los profetas han predicho que uno vendría que
gobernaría las tribus de Israel y que este Mesías nacería en
Belén.
12. Y dijeron: El Profeta Miqueas escribió: Oh Belén de Judá,
pequeño lugar entre las colinas de Judas; pero de tí saldrá el
que ha de gobernar tu pueblo, Israel; si, uno que vivió en
tiempos muy antiguos.
13. Entonces Herodes llamó a los magos otra vez y les repitió lo
que los maestros de la ley judaica le habían dicho, y entonces
les envió camino de Belén.