24. Y cuando finalmente el hombre huelle la ribera del Jordán, el
agua se detendrá y el hombre, el eterno conquistador habrá
alcanzado la victoria.
Capítulo 111
Jesús enseña. Un hombre le ruega que fuerce a su hermano a obrar
honradamente. Jesús revela la ley divina, el poder de la verdad y la
universalidad de las posesiones. Relata la parábola del rico y su
cosecha abundante.
1. Jesús enseñó a las multitudes. Y mientras hablaba, un
hombre se presentó y dijo:
2. Maestro, escúchame: mi padre murió y dejó una vasta
hacienda. Mi hermano se la cogió toda y ahora rehusa darme mi
parte.
3. Te ruego que le hagas hacer lo que es justo y que me dé lo
que es mío.
4. Y Jesús dijo: No he venido de Juez de tales asuntos; no soy
empleado de tribunales de justicia
5. Dios no me ha enviado a hacer que los hombres obren
correctamente por la fuerza
6. Todo hombre tiene un sentido de Justicia, pero muchos no le
prestan atención.
7. Las emanaciones producidas por el egoísmo han formado
una costra sobre el sentido de justicia de modo tal que corren
un velo a su luz interna impidiéndole comprender y reconocer
los derechos de los demás.
8. Este velo no puede ser arrancado por la fuerza; y no hay nada
que pueda disolver la costra sino el conocimiento y al amor de
Dios.
9. Cuando el hombre está en el pantano, ve el firmamento muy
lejos, cuando está en las cimas de las montañas, lo ve tan cerca
que parece que pudiera tocar las estrellas.
10. Entonces Jesús, volteándose a los doce dijo: Mirad a los
muchos que están en los pantanos de la vida carnal.
11. El conocimiento de la verdad transformará los pantanos en
roca sólida, de modo que los hombres puedan caminar y
encontrar la vía a la cima de la montaña
12. No podemos precipitar los acontecimientos, pero podemos
diseminar este conocimiento con mano generosa