40. De allí que te diga, el día del juzgamiento vendrá y Dios
obrará con mayor merced con las ciudades de los llanos de lo
que obrará contigo.
Capítulo 104
Jesús enseña a la multitud. Atiende una fiesta en casa de Simón. Una
rica cortesana le unge con bálsamo precioso. Simón le reconviene y
él predica el Sermón de la falsa respetabilidad.
1. Y Jesús miró a la multitud que le presionaba por el egoísmo
de la ganancia.
2. Los ilustrados y los ricos, los de reputación y los de poder
estaban allí, pero no reconocían al Cristo.
3 Sus ojos se habían cerrado con el brillo oropelesco de su
importancia egoísta. No podían ver al rey.
4. Y aunque caminaban en la luz, tanteaba en obscuridad;
obscuridad como la de la noche de la muerte.
5. Y Jesús elevó los ojos al cielo y dijo:
6. Te agradezco Uno Santo del cielo y de la tierra, ya que si bien
la luz se oculta de los sabios, y de los grandes, se revela a los
pequeños.
7. Entonces, tornado a la multitud dijo: No he venido a vosotros
en nombre de hombre alguno ni con mi propia fortaleza.
8. La sabiduría y la virtud que os digo vienen de arriba: son la
sabiduría y la virtud del Dios que adoráis.
9. Las palabras que hablo no son mías Yo os doy simplemente
lo que recibo.
10. Venid a mí los que sufrís y arrastráis cargas pesadas y yo os
ayudaré.
11 Uncíos conmigo con el yugo del Cristo. No lastima. Es yugo
fácil.
12. Juntos arrastraremos con facilidad la carga de la vida. y así
la gozaremos.
13. Un fariseo llamado Simón dio una comida en honor de
Jesús.
14. Y mientras todos estaban alrededor de la mesa, una
cortesana, que, por lo que había visto y recibido del ministerio
de Jesús, había sido curada del deseo de pecar, vino al festín
sin ser invitada.