9. Por juramento no se puede hacer caer ni una hoja de un
árbol, ni cambiar el color de un cabello.
10. El hombre que vale simplemente habla. Y los hombres
saben que dice la verdad.
11. El hombre que se derrama en palabras para hacer creer a los
hombres que está hablando la verdad, simplemente está
haciendo una cortina de humo para ocultar tras ella una
mentira.
12. Hay muchos hombres aparentemente con dos corazones;
hombres que sirven a dos amos al mismo tiempo, dos amos
muy antagónicos.
13. El hombre pretende adorar a Dios el sábado y corteja a
Beelzebuth el resto de la semana.
14. Ningún hombre puede servir a dos señores al mismo
tiempo, como no puede cabalgar en dos asnos al mismo
tiempo, que marchan en direcciones opuestas.
15. El hombre que pretende adorar a Dios y a Beelzebuth es
enemigo de Dios, es un diablo piadoso y una maldición de los
hombres.
16. Y los hombres no pueden acumular al mismo tiempo tesoros
en el cielo y en la tierra.
17. Si es así, yo os digo; Elevad vuestros ojos y ved la bóveda
de los cielos y depositad allí toda joya.
18. Donde el orín y la polilla no pueden destruirlas, donde los
ladrones no puedan asaltarlas ni robarlas.
19. No hay en la tierra bóveda de seguridad; ni lugar seguro
contra la polilla, oxidación y robo.
20. Los tesoros de la tierra no son sino cosas fugitivas que
tarde o temprano desaparecen.
21. No os engañéis. Vuestros tesoros anclan el alma. De allí que
donde están vuestros tesoros allí está vuestro corazón.
22. No fijéis pues vuestros corazones en las cosas de la tierra;
no os angusties por las cosas que comeréis, que beberéis, que
os vestirán.
23. Dios cuida de quienes confían en él y sirven a la raza.
24. Observad las aves: alaban a Dios en sus cantos; la tierra es
más gloriosa por su servicio de goce; Dios las retienen la palma
de la mano.
25. Y ni un solo gorrión cae en la tierra sin su cuidado y cada
uno que cae se levantará otra vez.