12. ¡Peno qué mezcolanza de pesca! Pesca de cangrejos, y
langostas y cosas que gatean, y sólo aquí o allá un pez de mejor
calidad.
13. Mirad a los millares que vienen a oír al Salvaje de las
Colinas; vienen en masa a que el los lave en el arroyo cristalino,
y con los labios confiesan sus pecados.
14. Pero al día siguiente están otra vez en la guarida del vicio,
denigrando a Juan y maldiciendo a Dios y amontonando
insultos al rey.
15. Pero bendecidos son los puros de corazón, porque ellos
verán al rey.
16. Y bendecidos son los fuertes de corazón, porque ellos verán
al rey.
17. Pero mientras los volubles y los sin sesos regresan a la
tierra de Egipto por puerros y hierbas que satisfagan sus
apetitos, los puros de corazón han encontrado al rey.
18. Pero aún aquellos cuya fe es débil y que no son más que
manifestación corpórea, un día vendrán y entraran con goce a
ver al rey.
19. Hombres de Israel, escuchad lo que este profeta dice. Sed
fuertes de mente, puros de corazón, vigilantes en ayudar. El
reino está a la mano.
20. Cuando hubo dicho esto, se fue con los seis discípulos a
Betania y allí moró por muchos días en casa de Lázaro.
Capítulo 68
Jesús habla a la gente en Betania. Les indica como llegar a ser puros
de corazón. Va a Jerusalem y en el templo lee en un libio profético. Va
a Nazareth.
1. La noticia se esparció de que Jesús, rey de Israel, estaba en
Betania, y la gente de la población vino a saludar al rey.
2. Y Jesús, de pie entre ellos, exclamó: Mirad que en efecto el
rey ha venido, pero Jesús no es el rey.
3. El reino verdaderamente está a la mano; pero los hombres no
pueden verlo con los ojos carnales; no pueden ver al rey en el
trono.
4. Este es el reino del alma; su trono no es un trono terreno; su
rey no es un hombre.
5. Cuando los reyes humanos fundan aquí reinos, conquistan a
otros reyes por la fuerza de las armas: un reino se levanta sobre
las ruinas de otro.