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358 BIOLOGÍA creacionismo en una exposición netamente biológica, no serfa raro que en la mente de los jóvenes se confundieran las funciones tan distintas de la ciencia y la religión por cuanto se refiere a la búsqueda de la verdad a través de la realidad. Ahora bien, en un tono un poco más beligerante, muchos biólogos protestan contra las tácticas empleadas por quienes postulan el creacionismo científico. Casi todos los miembros de la nueva generación de creacionistas son geólogos, ingenieros y físicos. Son pocos los biólogos. Por consiguiente, suelen distorsionar en su favor la inevitable cualidad tentativa de todas las teorías científicas; específicamente, los creacionistas consideran que la evolución no es un proceso válido por la simple y sencilla razón de que es una teoría. Algunos científicos se sienten ofendidos por esas argumentaciones falaces. Y volveremos a insistir: casi todos los creacionistas científicos fueron educados como fundamentalistas, de modo que sus ideas surgen de la creencia absoluta en una interpretación literal de la Biblia y no del análisis de pruebas concretas. La cara positiva de este conflicto es que el desafío intelectual y legal de los creacionistas obligó a los biólogos a reevaluar el concepto de la evolución, de las fuerzas de selección natural y de los diversos patrones que surgen conforme los organismos cambian para adaptarse a su medio inestable. 27.3 Para que hubiera formación de moléculas orgánicas a partir de las sustancias químicas presentes en la atmósfera primitiva de la Tierra fue indispen sable la presencia de fuentes de alta energía. ¿Cuáles fueron algunas de esas probables fuentes energéticas? En aquellas épocas debió abundar la energía eléctrica debido a las frecuentes tormentas de relámpagos ocurridas durante las primeras fases de la historia del planeta. Los numerosos volcanes activos también eran una fuente de energía térmica. Asimismo, en aquel entonces abundaba la energía radiactiva. Por último, la ausencia de una capa de ozono debió permitir el paso irrestricto de las radiaciones ultravioleta. 27.4 Dadas las características de los coacervados, etc., ¿cuáles debieron ser las características de las primeras células? Antes que nada, debe señalarse que hay enormes diferencias entre los coacervados, las microesfórulas y otros conjuntos coloidales complejos por un lado y las células vivas por el otro. Oparin demostró que un coacervado puede absorber sustancias selectivamente e incluso dividirse después de alcanzar ciertas dimensiones, pero ni siquiera esas capacidades se aproximan a las observadas en la más primitiva de las células vivas. Sigue habiendo una gran brecha entre esas células y los complejos coloidales. Es probable que las primeras células fueran como las bacterias actuales: una membrana delimitante cubierta por una pared celular y rellena por un "citoplasma* con muy pocos organelos. Su metabolismo era anaeróbico y sus hábitos alimenticios heterotróficos. El hábito heterotrófico debió ser sustituido paulatinamente, conforme fue desarrollándose la capacidad autótrofa: algunas de esas primeras células (quimiosintéticas) eran capaces de sintetizar moléculas orgánicas ricas en energía utilizando la energía almacenada en los enlaces de moléculas inorgánicas simples. Sin embargo, otras (fotosintéticas) acabaron por generalizarse mucho más debido a que podían capturar la energía del Sol y producir moléculas orgánicas ricas en energía a partir de compuestos de hidrógeno (H2S, H2O) y CO2. 27.5 ¿Puede decirse que los virus están vivos? En términos de la definición presentada en el capítulo 3, los virus no están vivos. Son complejas asociaciones de dos tipos de macromoléculas —proteínas y ácidos nucleicos—, pero no se autorregulan ni pueden realizar funciones metabólicas. Quizá lo más importante sea su incapacidad para reproducirse en forma independiente. Es posible cristalizarlos y mantenerlos en estado inerte durante largo tiempo dentro de tubos de ensayo. La capacidad más extraordinaria de los virus es su capacidad para obligar a las células vivas a sintetizar los nuevos materiales virales después de haberles Inyectado a éstas el ácido nucleico viral. Literalmente, el material genético del virus hace prisionera a la maquinaria celular de síntesis de proteínas y la obliga a traducir la información viral. La célula esclavizada también produce los ácidos nucleicos necesarios para la replicaron del virus. Hace tiempo se pensaba que los virus eran los peldaños de la escalera que condujo hacia una complejidad cada vez mayor de las macromoléculas, que finalmente se convirtieron en células hechas y derechas. En la actualidad la mayoría de los virólogos opinan que los virus son restos degenerados de formas más complejas, incluso de células que alguna vez estuvieron vivas. Existen formas semejantes a los seres vivos que son todavía más sencillas que los virus. En 1971, un científico del U.S. Department of Agriculture demostró que las infecciones de las plantas de papa provienen de pequeños fragmentos de RNA circular sin cubierta proteínica. Poco después se descubrió que estos pequeños fragmentos de RNA desnudo —denominados viroides por su descubridor, T. O. Diener— son causa de una variedad de enfermedades de las plantas fanerógamas. A pesar de que los viroides son patógenos (causan enfermedad) no destruyen las células a las que parasitan. Hasta ahora se desconocen los mecanismos que les permiten entrar a las células y sojuzgar el aparato de síntesis de polinucleótidos de éstas. Varias enfermedades neurologías, por ejemplo la virosis neurotóxica ovina (scrapie), se deben a que las neuronas del sistema nervioso central son invadidas por una proteína autorrepücante