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BIOLOGÍA
memorístico. Existe memoria a corto plazo, de modo
que la información es asociada con presteza y descartada poco después, pero también hay memoria a largo
plazo, la cual permite retener permanentemente la información. Por supuesto, el aprendizaje se basa en la memoria a largo plazo.
Es factible que el aprendizaje y la memorización se
basen en la formación de engramas extraneurales (rastros físicos específicos); por ejemplo, la síntesis de un
ácido nucleico. Hace varias décadas surgió la idea de
que, en los invertebrados sencillos, el aprendizaje se basa en la síntesis de un RNA relacionado específicamente
con determinada experiencia de aprendizaje. Incluso se
sugirió que si otro animal inexperto ingiriera ese RNA, podría asimilar lo aprendido por el animal devorado; esta
idea aterró a muchos profesores. Sin embargo, se trata
de una hipótesis que no ha sido demostrada.
El aprendizaje es la modificación del aparato neural a través de la experiencia adquirida. Aunque esto puede expresarle en términos de la formación de nuevas
sinapsis, es probable que también formen parte del mecanismo de modificación otros cambios; por ejemplo, la
modificación de sinapsis preexistentes o la formación de
nuevas moléculas.
La médula espinal es un grueso fascículo neural,
situado dorsalmente, que nace en el tallo encefálico y termina casi en el extremo de la columna vertebral. Así como el encéfalo está delimitado por los huesos del cráneo,
la médula espinal está encerrada casi por completo por
las vértebras.
La mayor parte de la médula espinal está integrada
por fascículos ascendentes que conducen impulsos sensoriales hacia el encéfalo y por fascículos descendentes
que llevan impulsos hacia las neuronas motoras espinales. Asimismo, en cada nivel la médula espinal funciona
como centro de reflejos, para lo cual dispone quizá de un
número variable de interneuronas.
En el cerebro, la materia gris (somas neuronales)
se localiza externamente y en los ganglios básales de la
materia blanca interna. La materia gris de la médula espinal está en una región interna en forma de Η y en cuyo
centro se observa el conducto central (Fig. 22.5). Dentro
de ese conducto se encuentra el líquido cefalorraquídeo, el cual está en contacto continuo con las cavidades
del interior del encéfalo, denominadas ventrículos. El
cuarto ventrículo encefálico, situado encima del bulbo raquídeo, es continuo con el conducto central de la médula
espinal.
Las neuronas de las prolongaciones dorsales de la
materia gris de la médula espinal procesan los impulsos
sensoriales provenientes de los nervios espinales del sistema nervioso periférico. De hecho, los somas de esos
nervios se localizan en unos abultamientos situados por
fuera de la médula espinal a los que se da el nombre de ganglios de las raíces dorsales. Las neuronas
ubicadas en el asa ventral (prolongación) de la materia
gris procesan los impulsos motores que son enviados a
los efecto res. Antes de unirse a la médula espinal, cada
nervio periférico se bifurca para formar una raíz dorsal —que contiene al ganglio de la raíz dorsal— y una
raíz ventral (Fig. 22.5). Por tanto, los nervios periféricos
contienen neuronas sensoriales y motoras.
22.10
SISTEMA NERVIOSO AUTÓNOMO
El sistema nervioso autónomo (SNA) consta de dos
subsistemas (Fig. 22.8). El sistema nervioso simpático
(SNS) prepara al cuerpo para las situaciones de emergencia, es decir, las respuestas asociadas con la lucha o
el escape". En otras palabras, produce una rápida y total
movilización para evitar un peligro inminente. Se fortalecen y aceleran los latidos del corazón, se eleva la presión
arterial, aumentan las concentraciones de azúcar en la
sangre y el torrente sanguíneo se desvía de l os vasos del
tronco para ir a los de brazos y piernas a fin de aprestarlos para el combate o la huida. Por otro lado, el sistema
nervioso parasimpático (SNP) sostiene las funciones
de conservación que permiten al organismo recuperarse
durante los periodos de tranquilidad. Desde luego, estas
funciones (alimentarse, tener actividad sexual, orinar,
etc.) deben realizarse una por una y no a la vez.
En ambos sistemas, el impulso efector empieza en
una neurona motora del SNC y luego es enviado a una
segunda neurona motora. La sinapsis de estas dos neuronas ocurre en un ganglio. En el caso del SNS, dichos
ganglios forman una cadena a lo largo de la médula espinal; unos cuantos de ellos se localizan en plexos nerviosos situados justo por fuera de la línea de la cadena. La
fibras preganglionares suelen ser cortas, mientras que
las postganglionares que llegan hasta los órganos viscerales son muy largas. Ante un peligro, la cadena se activa
como unidad y envía señales a todos los órganos. Como
puede apreciarse en la figura 22.8, el SNS surge de las
regiones cervical, torácica y lumbar, mientras que el SNP
envía sus fibras nerviosas desde los extremos craneal y
sacro del SNC.
Los ganglios del SNP están en efecto dentro del órgano objetivo y esto constituye una marcada diferencia
respecto a la cadena centralizada de ganglios del SNS.
Esta anatomía descentralizada del SNP coincide con la
naturaleza local de sus respuestas. La sustancia transmisora es la acetilcolina (ACh). Otto Loewi demostró la índole química de la estimulación del SNP; posteriormente,
Henry Dale descubrió que la sustancia mediadora es la
ACh. La noradrenalina, que media las respuestas del
SNS, no sólo es secretada por los abultamientos individuales de las fibras postganglionares (que por lo general
se activan al unísono), sino también por las glándulas