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Excreción La excreción es el proceso mediante el cual los organismos eliminan sus desechos metabólicos. En los seres humanos, esos desechos se acumulan en forma de orina, sudor o lágrimas. La eliminación de las heces (agestión o defecación) no es un proceso excretorio pues si bien la materia fecal se encuentra en el intestino, jamás está dentro del cuerpo en sí. (Puesto que los seres humanos y otros mamíferos están organizados estructuralmente en forma de un tubo dentro de otro tubo, la cavidad del aparato digestivo está realmente afuera del cuerpo, aunque éste la delimita. El cuerpo en sí va desde el recubrimiento interno del aparato digestivo hasta la superficie de la piel.) Solamente los materiales resultantes de las actividades metabólicas que ocurren dentro de la estructura celular del organismo pueden ser considerados productos excretorios. El principal producto excretorio es el CO2, el cual se forma durante la degradación de las moléculas orgánicas combustibles. Una fracción del CO2 se utiliza en reacciones sintéticas, pero la mayor parte es conducida por la sangre hacia el medio externo. El agua también es otro producto de la oxidación de los alimentos, pero la gran variedad de usos del agua dentro del organismo hace imposible considerarla un producto de desecho. En la rata canguro (y otros organismos de ese tipo), un roedor que vive en las regiones desérticas de Estados Unidos, el agua resultante de la oxidación de las semillas y granos es la única fuente de líquido del animal y, por tanto, ese líquido debe ser considerado una necesidad en vez de un material de desecho. Otro producto excretorio importante es el nitrógeno que pierden los aminoácidos derivados de las proteínas. Cuando las proteínas son utilizadas como combustible, el primer paso es la desaminación o transaminación de sus aminoácidos. En última instancia, el nitrógeno así eliminado se excreta en forma de amoniaco, urea o ácido úrico. Durante el ciclo normal de las proteínas, todos los días se debe excretar cierta cantidad de nitrógeno. La forma final del producto nitrogenado que se excreta depende de la disponibilidad de agua. Si se dispone de una cantidad ilimitada de ese líquido, el tipo más sencillo de excreción de nitrógeno es la formación de NH3. Sin embargo, dado que este compuesto es muy tóxico, el peligro de una acumulación en los casos en que el agua no puede arrastrarlo consigo ha impuesto limitaciones evolutivas a algunos organismos. Una manera de neutralizar el NH3 es combinarlo con CO2 para formar urea: Por lo común, esta reacción ocurre en el hígado. Los seres humanos somos ureotéllcos (nuestro producto nitrogenado excretorio es urea); la urea se forma en nuestro hígado y luego es conducida hasta los ríñones para ser excretada en forma de orina. Los organismos uricotélicos producen una sustancia mucho más compleja llamada ácido úrico: El ácido úrico tampoco es tóxico, pero debido a su relativa insolubilidad en agua se necesita mucho menos líquido para eliminarlo. Sin embargo, el costo energético de su formación es mayor. Las explicaciones relacionadas con la excreción se confinarán a los animales por varios motivos. La actividad metabólica de las plantas es mucho menor que la de los animales, de modo que el problema de eliminación de desechos no es tan importante en las plantas. (Como recordará el lector, los mecanismos homeostáticos también fueron expuestos desde el ángulo particular del reino animal.) Por otra parte, las demandas fotosintéticas hacen que el CO2 tenga una repercusión muy diferente en las plantas verdes, que lo utilizan como uno de los principales metabolitos en la síntesis de azúcar. Asimismo, las plantas tienden a usar de diversas maneras los grupos nitrogenados sin deshacerse de ellos. Esta circulación y recirculación del nitrógeno, el amoniaco, los nitritos y los