HOMEOSTASIS
Este mecanismo se denomina sistema multiplicador a contracorriente.
El cuerpo usa un sistema multiplicador a
contracorriente para aminorar la pérdida de calor
e impedir que la sangre que se enfrió en las extremidades llegue hasta los vulnerables órganos internos. ¿Cómo supone el lector que opera este
mecanismo?
Como se aprecia en la figura 15.2, una arteria y una
vena adyacentes pueden interactuar para llevar sangre caliente hacia una extremidad fría (el dedo en este caso) sin reducir en medida apreciable la
temperatura de la sangre que regresa hacia el tronco. La sangre que va a la extremidad a través de la
arteria es enfriada poco a poco por la sangre de menor temperatura que regresa al cuerpo a través de la
vena adyacente. Al mismo tiempo, la sangre venosa
proveniente de la punta fría del dedo va tibiándose
gracias a la sangre caliente que fluye por la arteria.
En esta forma se establece un gradiente, de modo
que las temperaturas dentro de la arteria y la vena
son casi iguales en cada punto específico, aunque se
registra un descenso relativamente pronunciado de
la temperatura conforme se avanza hacia la punta
del dedo. Sólo en la punta existen temperaturas
igualmente bajas en la arteria y la vena.
Los intercambios a contracorriente son una característica esencial de todas las extremidades. Su
funcionamiento es óptimo cuando el flujo de sangre
es rápido y libre. En los casos de enfermedades degenerativas como la diabetes, en las que el flujo
de la sangre empieza a entorpecerse, el funcionamiento de los mecanismos de contracorriente es
subóptimo.
15.6 Mencione algunos de los mecanismos que permiten a otras hormonas contrarrestar los efectos de
la insulina.
El efecto de la insulina es incrementar el consumo, el
almacenamiento y la transformación metabólica de la
glucosa sanguínea. Esos procesos pueden ser
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contrarrestados mediante Incrementos de la degradación del glucógeno a glucosa, como sucede durante la secreción de adrenalina y glucagón. Uno de los
mecanismos es la reducción de la permeabilidad celular a la glucosa por influencia de ciertos glucooorticoides, lo que da por resultado un bloqueo del
consumo de la glucosa sanguínea. Ciertos esferoides mantienen los niveles sanguíneos de glucosa al
estimular la conversión de compuestos que no son
carbohidratos en glucosa (gluconeogénesls), lo que
se traduce en un menor grado de oxidación de la glucosa de la sangre. Ciertas hormonas, por ejemplo el
cortisol, inhiben la síntesis de proteínas en casi todos
los órganos y de ese modo, gracias a la mayor disponibilidad de aminoácidos, reducen la dependencia
de dichos órganos respecto a los carbohidratos como combustible.
15.7 La sangre que abandona tos lechos capilares del
aparato digestivo, incluso los del estómago, el
páncreas y el intestino, no ingresa en venas de
calibre cada vez mayor para dirigirse al corazón
tal como sucede prácticamente con todas las
otras partes del cuerpo. Por el contrario, pasa de
los lechos capilares del aparato digestivo a los lechos capilares del hígado a través de una vena
llamada vena porta hepática (Fig. 15.3). (Cualquier vena que conecte dos lechos capilares recibe el nombre de vena porta.) ¿Cuál cree el lector
que sea la función homeostática de este sistema?
Durante la digestión y un breve lapso después de
ella, la sangre proveniente del aparato digestivo suele estar cargada de glucosa, aminoácidos y otros
metabolitos combustibles. SI esa sangre pasara directamente a la circulación general introduciría en el
medio interno una enorme concentración de metabolitos, lo que alteraría peligrosamente la homeostasis.
Sin embargo, dicha sangre es canalizada hacia los
conductos funcionales del hígado, el principal órgano
de transformación metabólica, que le quita y almacena el exceso de metabolitos. En cuanto al exceso de
Fig. 15.2 Sistema multiplicador a contracorriente