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DESARROLLO angiospermas los sexos están separados. La característica distintiva del grupo es la flor, complejo órgano reproductivo que probablemente surgió por modificación de hojas. Las partes de la flor están dispuestas en cuatro verticilos o capas concéntricas alojadas una dentro de otra. El verticilo más interno comprende el órgano femenino o pistilo, que consta de un estigma pegajoso situado en la punta de un largo y esbelto estilo, en cuya base tiene el ovarlo y los óvulos. En torno al pistilo están los estambres, los órganos masculinos de la flor. Por fuera de los estambres se encuentran los pétalos, estructuras que a menudo tienen colores y emiten aromas y que integran colectivamente la corola. Por último, el verticilo más externo, llamado cáliz, está formado por los resistentes sépalos que envuelven por completo al botón cerrado de la flor en desarrollo. La apertura de la flor empieza en el cáliz y progresa hacia adentro. Un saco embrionario maduro, que constituye el gametofito femenino de las angiospermas, surge dentro del óvulo por división mitótica de una sola megaspora haploide. En realidad se forman siete células por compartímentación citoplásmica de la megaspora, pero se distribuyen ocho núcleos entre ellas. Cerca del mlcrópilo u orificio del óvulo están tres células: el óvulo y dos slnérgidas concomitantes. (Una explicación extravagante de la existencia de estas sinérgidas, en apariencia carentes de función, es que representan un vestigio del arquegonio ancestral, estructura que ya no está presente en las plantas con semilla.) En el extremo opuesto se encuentran tres células antipodales, que en opinión de algunos investigadores son análogas al tejido vegetativo (no reproductivo) del gametofito. Tales vestigios establecen un lazo evolutivo con las formas ancestrales. Los dos últimos núcleos, llamados núcleos polares, se localizan en el centro del saco embrionario. Se denominan núcleos polares porque cada uno tuvo su origen en 153 un polo opuesto, pero después ambos emigraron hacia el centro. Estos núcleos se fusionan poco después para generar un núcleo endospérmico diploide central. En este punto, el óvulo (o mejor dicho, el saco embrionario) está listo para la fecundación. Veamos ahora lo que sucede con el grano de polen, la microspora haploide que se forma dentro del anteridio del estambre. Una vez que llega al estigma, el grano de polen, cuyo núcleo se dividió previamente, empieza a alargarse formando un tubo polínico (gametofito masculino) que desciende por el estilo (tallo del pistilo) hacia el micrópilo. El núcleo situado en la punta del tubo se llama núcleo polínico y, al parecer, dirige la prolongación de aquél. El núcleo que queda atrás se llama núcleo generador y se divide en dos núcleos espermáticos. Una vez que el tubo polínico llega al saco embrionario, ocurre una doble fecundación: un núcleo espermático se fusiona con el núcleo ovular para constituir el cigoto, mientras que el otro núcleo espermático se une con el núcleo endospérmico diploide para formar una célula triploide de la que se derivará el endospermo o tejido nutricional de la semilla. Aunque también hay endospermo en las gimnospermas (plantas con semilla que no producen flores), la doble fecundación soto se observa en las angiospermas. Debe recalcarse que en el patrón reproductivo de las plantas con semilla, el proceso de fecundación y el desarrollo ulterior del embrión dentro de la semilla sellada son totalmente independientes del agua ambiental. Después de la fecundación, el óvulo madura convirtiéndose en una semilla. La semilla está especialmente adaptada para la colonización de la tierra. Consta de: 1) un embrión esporofítico cuyo desarrollo entró en estado de latencia, 2) una dotación relativamente generosa de alimento y 3) una resistente cubierta de la semilla que protege al embrión y a su alimento hasta que se satisfacen las condiciones necesarias para que el embrión Fig. 11.9 Angiosperma