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136 BIOLOGÍA Los cromosomas politónicos de Drosophila permitieron demostrar la importancia de los cambios estructurales en la cromatina como un corolario de la transcripción génica. En las regiones de eucromatina que se están transcribiendo, se observa una mayor vulnerabilidad a la DNasa I, la enzima que digiere al DNA. Esta mayor vulnerabilidad a la digestión sugiere un marcado desdoblamiento y una interrupción de la estructura regular de la cromatina. Dentro de una región de DNA vulnerable puede haber sitbs hipersensibles, los cuales se relacionan con segmentos más cortos de DNA que no están presentes en absoluto en los nucleosomas. Es probable que las señales proteínicas específicas para la transcripción se localicen en esos sitios hipersensibles. Cualquiera de los segmentos no transcriptibles del cromosoma puede funcionar como un Interruptor potencial que encienda los genes de la región eucromátlca. Quizá los exones funcionen como centros de control y lo mismo ocurra con toda la proteína y el RNA asociados con el cromosoma. Resulta claro que los genes pueden ser muy activos en un momento dado y que su capacidad de síntesis de proteínas puede estar suspendida en otras ocasiones. El aumento de la actividad de los genes politénicos de Drosophila se observa físicamente en forma de esponjamientos cromosómicos, es decir, conjuntos de lazos de DNA con grandes cantidades de RNA entrelazado que se proyectan lateralmente a partir de las regiones de exones activos del cromosoma. En otra forma de actividad génica acrecentada, series completas de genes se duplican muchas veces para generar el RNA o la proteína necesarios (proceso denominado amplificación). Esto se ejemplifica con la formación del nucléolo, que contiene copias múltiples de los genes que transcriben el RNA ribosomal. El nucléolo se convierte en el sitio de producción y almacenamiento de rRNA. La correlación entre la actividad génica y la submetllaclón sugiere claramente la existencia de un mecanismo molecular fundamental de activación génica. En el DNA de los mamíferos, del 5 al 7% de los carbonos de la citosina poseen grupos metilo. En los sitios génicos donde se está efectuando (o se efectuará) la transcripción, se ha detectado una marcada desmetilación. La suposición de una participación de la desmetilación en la activación génica se basa en la influencia de los grupos metilo sobre la conformación de la molécula de DNA. Los cambios de conformación así inducidos pueden alterar la capacidad de los efectores y de los reguladores para fijarse al DNA. Se pueden ejercer grados considerables de control en los niveles que están más allá de la transcripción; por ejemplo, en el procesamiento postranscriptivo del mRNA y en la modificación de los diversos pasos deja traducción. Por ejemplo, la síntesis de hemoglobina en los mamíferos se controla en grado considerable al nivel de la traducción. El mecanismo de control es la fosforilación de factores de traducción vulnerables a la acción de las cinasas. Los numerosos factores necesarios para iniciar la traducción en los eucariotes se denominan colectivamente factores eucarlóticos de Iniciación (elF, del inglés eukaryotic initiation factors). Es factible que las diferencias en los mecanismos de control de los procariotes y los eucariotes se deban a las tareas tan diametralmente opuestas que tienen que realizar los dos grupos. En los procariotes, la síntesis de proteínas debe responder de manera ráp ida y precisa a los cambios en el ambiente. En los procariones se puede expresar más del 90% del mapa génico (genoma). En los eucariotes, sólo una pequeña porción del genoma total se expresa en cada célula; la principal función de esa expresión es la creación de una célula muy especializada. 10.4 EL CÁNCER COMO ABERRACIÓN GENÉTICA Los tumores malignos (mortales) clasificados como cánceres constituyen en realidad una amplia variedad de patologías. La palabra cáncer se deriva del latín "cangrejo" y se eligió debido al patrón radiante de desarrollo que se observa en los cánceres macizos. Sin embargo, también es un cáncer la proliferación desmedida de tejidos como la sangre. En general, ¡os cánceres son poblaciones celulares que exhiben proliferación irrestricta. Tienden a invadir las estructuras adyacentes y llegan a alterar el funcionamiento normal de los tejidos circundantes. Un fenómeno aún más grave es la colonización generalizada de regiones distantes del cuerpo por células cancerosas, transportadas por la sangre y la linfa, provenientes del tumor canceroso inicial. Esta diseminación generalizada del cáncer se denomina metástasis. Es mucho b que se ha aprendido acerca de la naturaleza del desarrollo del cáncer con base en estudios de células cancerosas cultivadas fuera del cuerpo. Una de las primeras líneas celulares de cultivo de tejidos que quedaron bien establecidas es la llamada HeLa, la cual se ha mantenido viva en diversos laboratorios desde 1950. Las células originales provienen del carcinoma cervical de una mujer negra a quien se dio el seudónimo de Helen Lañe (su verdadero nombre fue Henrietta Lacks). Uno de los descubrimientos más sorprendentes realizados en estos cultivos es la ausencia de Inhibición por contacto, fenómeno consistente en la tendencia de las células a dejar de crecer y dividirse cuando hacen contacto con otras células. Los receptores de las células normales son estimulados para que señalen la suspensión de la proliferación cuando hay peligro de hacinamiento, pero ese mecanismo es inexistente en las células cancerosas. Asimismo, la proliferación de las líneas celulares normales está limitada por la tendencia de las células a