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BIOLOGÍA
entrecruzamiento. La regularidad del número de quiasmas formados durante la meiosis sugiere que el entrecruzamiento no es un fenómeno fortuito, sino un mecanismo
normal de incremento de la variabilidad genética.
8.6 REPRODUCCIÓN SEXUAL Y VARIABILIDAD
GENÉTICA
Una explicación de la universalidad de la reproducción
sexual es que genera una variabilidad genética sobre la
cual pueden actuar las fuerzas evolutivas. Si todos los
organismos de una especie fueran exactamente iguales,
todos serían destruidos cuando el ambiente se tornara
inhóspito. Por el contrario, si los miembros de la misma
especie son más variables en sus características, los
cambios ambientales que destruyen algunas variantes
no afectan a otras. La variación, al darle flexibilidad a la
especie, incrementa sus probabilidades de supervivencia
cuando tiene que enfrentar cambios en su entorno.
Ya vimos que la mutación genética es una fuente
de variación; sin embargo, su expresión no depende necesariamente de la reproducción sexual. Dado que pone
juntos dos genomas totalmente distintos, la reproducción
sexual aumenta significativamente la variabilidad genética. Y para complementar esa variabilidad, la meiosis introduce otras dos fuente? de recombinación genética.
La primera de esas fuentes es la recombinación de
los cromosomas enteros. Recuérdese que en el cigoto diploide, uno de los cromosomas homólogos de cada par
cromosómico proviene del padre (cromosoma paterno),
mientras que el otro corresponde a la madre (cromosoma
materno); por tanto, la mitad de los cromosomas son
paternos y la mitad, maternos. Con todo, el organismo resultante del cigoto acabará por producir gametos haploides. En vista de que durante la meiosis I los homólogos
paternos y maternos se alinean al azar unos frente a
otros en ambos lados del plano ecuatorial, cada célula hija
resultante contendrá una mezcla haploide particular de
cromosomas maternos y paternos (y, por tanto, de genes
y caracteres maternos y paternos). Es probable que algunas de esas combinaciones jamás hayan existido en la
condición haploide. Además, cuanto mayor sea el número de pares de cromosomas del organismo, mayor
será la variabilidad potencial de sus gametos. La importancia de esta recombinación de los cromosomas se estudia más a fondo en el capítulo 9, que trata de los
mecanismos de la herencia.
EJEMPLO 6 En una célula que sólo posee un par de
cromosomas homólogos sólo pueden haber dos clases generales de gametos al terminar la meiosis: células con el cromosoma materno y células con el cromosoma paterno. Es
decir, entre los numerosos gametos resultantes de la gametogónesis, aproximadamente el 50% contendrán el homólogo materno y 50%, el paterno. En las células cuyo número
cromosómico es 4 pueden formarse dos tetradas: M,P, y
M2P2- Por tanto, al final de la meiosis habrá cuatro clases diferentes de gametos: M,M2, M,P2, P,M2 y P,P2. La fórmula
matemática que permite calcular el número de clases de gametos que podrían resultar de una célula en meiosis es 2n,
donde η representa e l número haploide (número de tetraa3
das). En el ser humano, cuyo π es 23, hay 2 (es decir, más
de ocho millones) de clases diferentes de gametos posibles;
esto tan sólo a partir de la recombinación de los cromosomas maternos y paternos entre los gametos. Cada óvulo o
espermatozoide puede contener todos los cromosomas
maternos, todos los paternos o cualquier combinación de
ambos.
La segunda fuente de variación por combinación
cromosómica es el entrecruzamiento. También en este
caso, la combinación ocurre entre los cromosomas
maternos y paternos, pero se realiza dentro de cada
par de homólogos. Tal como sucede con la distribución
Fig. 8.5 Entrecruzamiento