454
Anastasio Ovejero Bernal
vamente al campo de las ciencias sociales de donde no debió separarse
nunca, pues, como dice Bergere (1996, pág. 270), «el afán que manifiestan
bastantes científicos sociales, entre ellos los psicólogos sociales, por clasificar, etiquetar y, en definitiva, trazar las fronteras de sus territorios de conocimiento, con sus respectivos objetivos y teorías, contrasta con la ambigüedad definicional de las disciplinas, en particular de la psicología social. En
este último caso, la ambigüedad no atañe solamente al contenido temático
que varía en función d