El método en las ciencias sociales: cómo investigar…
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sujeto se encuentra ante dos problemas: la tarea que le plantea el experimentador, y su propio problema personal, que a veces es tan importante que
puede explicar los resultados finales mejor aún que la tarea. Éste fue el precio pagado por haber pasado de un experimento «tipo Wundt», en el que la
experimentación descansaba sobre la propia actividad del sujeto investigado
que actuaba como observador de sus propios procesos psicológicos, a un
experimento «tipo conductista» en el que el sujeto «no pinta nada».
3) Los efectos del experimentador: son muchos los atributos del experimentador que pueden influir en los resultados de un experimento (raza,
sexo, edad, etc.), pero el mero hecho de que el experimentador pretenda
probar alguna hipótesis, lo que suele ser habitual, puede influir sobre la
conducta de los sujetos favoreciendo la comprobación de tal hipótesis
(Rosenthal, 1966). Más en concreto, Rosenthal distingue dos grandes tipos
de posibles efectos del experimentador sobre los resultados: a) Efectos que
no modifican las respuestas de los sujetos, entre los que sobresalen dos: efectos del observador, que consiste en la sobreestimación o subestimación del
valor de las respuestas de los sujetos; y efectos intencionales, que son modificaciones intencionales de las respuestas de los sujetos, es decir, de los
resultados, para conseguir unas «mejores» conclusiones y poder, de esta
manera, confirmar las teorías propias, como hizo en psicología Burt o
como hicieron en otros ámbitos científicos tan relevantes como Mendel,
Galileo o Newton (véase Di Trocchio, 1995); b) Efectos que sí alteran las
respuestas de los sujetos: también aquí destacan estos dos: los atributos del
experimentador (sexo, raza, posición social, religión simpatía, hostilidad,
ansiedad, etc.) parecen influir en las respuestas de los sujetos pueden ser
influenciadas por estos rasgos; y los efectos de las expectativas del experimentador: aplicando al experimento de laboratorio fenómeno de la «profecía que
se cumple a sí misma», pudo confirmar Rosenthal que el mero hecho de que
el experimentador haga una hipótesis aumenta las probabilidades de que tal
hipótesis se cumpla. Tal vez la prueba más sorprendente de tal efecto esté en
las profecías o expectativas que hacen los profesores (efecto Pigmalión)
(véase Rosenthal y Jacobson, 1968; y Ovejero, 1988a, capítulo 4).
4) Efectos del sujeto: si los experimentadores son una fuente de sesgo
en la experimentación, los sujetos también lo son. En primer lugar, porque
alrededor del 70 por 100 o más de los estudios empíricos en psicología utilizan como sujetos estudiantes universitarios (Highbee y Wells, 1972; Highbee y cols., 1982), confirmando la irónica afirmación de McNemar de que
«la actual ciencia de la conducta humana es, en gran medida, la ciencia de
la conducta de los estudiantes universitarios», lo que cuestiona muy seriamente la representatividad de las muestras utilizadas, pieza clave de la validez externa. Además, casi siempre tales sujetos son voluntarios, lo que también puede conllevar importantes sesgos, dado que se han encontrado
grandes diferencias entre los sujetos voluntarios y los no voluntarios
(Rosenthal y Rosnow, 1969). Por último, existen otras muchas fuentes de
sesgos, entre ellas estas tres: a) cuando el experimento implica varias sesiones, se pierden sujetos, siendo generalmente la razón más frecuente el que