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414 Anastasio Ovejero Bernal significado, y aplicando el término conducta a la simple manifestación corporal de las acciones, es decir, los movimientos corporales meramente mecánicos. b) El análisis de las explicaciones cotidianas: esta corriente sí tiene algunos importantes antecedentes en psicología social, como la teoría de la atribución, que al tener sus raíces en la fenomenología de Heider se interesaba por el pensamiento ingenuo, por las inferencias del sentido común y por sus manifestaciones en las situaciones concretas de la vida cotidiana, o la etnometodología. No es casualidad que la investigación sobre «las explicaciones cotidianas de la conducta» se haya articulado principalmente en suelo británico y que una de las primeras monografías dedicada a este tema, bajo la dirección de Charles Antaki, recoja esencialmente estudios realizados tanto desde la teoría de la acción como desde la teoría de la atribución (Antaki, 1981). La evolución de este enfoque se ha caracterizado por una acentuación de la influencia de la herencia wittgensteiniana, en el sentido de que se ha focalizado cada vez más sobre la naturaleza y las particularidades del lenguaje cotidiano, hasta entroncar prácticamente con el enfoque del «análisis del discurso» (Antaki, 1988) (Ibáñez, 1990, pág. 216). c) Análisis del discurso: Como afirman Kottler y Swartz (1996), cada vez se reconoce más ampliamente que las metodologías positivistas necesitan complementarse con otros métodos de análisis y modelos de interpretación (Cook y Howard, 1992; Green, 1992; McNally, 1992), entre ellos el análisis del discurso. Con una variopinta raíz filosófica (estructuralismo francés marxista, pensamiento wittgensteiniano, etnometodología fenomenológica y postestructuralismo), esta corriente se centra en el análisis del lenguaje y sobre todo de las prácticas discursivas de los agentes sociales (Antaki e Íñiguez, 1996; Íñiguez y Antaki, 1994; Potter, 1996, 1997; Potter y Wetherll, 1987; Potter y cols., 1984). Esencialmente, el análisis del discurso implica el desarrollo de hipótesis sobre los propósitos y las consecuencias del lenguaje... El hecho de que el discurso esté orientado, conscientemente o no, hacia unas funciones particulares, que a su vez provocan un montón de variabilidad lingüística, nos indica que el discurso se está usando constructivamente. El modelo realista asume que la organización del discurso refleja la naturaleza de las entidades que describe. Sin embargo, para el análisis del discurso el lenguaje se conecta y se construye con unos propósitos y para obtener unas consecuencias determinadas... La noción de construcción enfatiza, una vez más, que el discurso está orientado hacia la acción: tiene consecuencias prácticas. En un sentido profundo, por tanto, se puede decir que el discurso «construye» nuestra realidad vivida (Wetherell y Potter, 1996, págs. 65-66). En consecuencia, «el análisis del discurso trata al mundo social como un texto, o mejor dicho, como un sistema de textos que el investigador puede “leer” sistemáticamente para examinar los procesos psicológicos