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Anastasio Ovejero Bernal
significado, y aplicando el término conducta a la simple manifestación corporal de las acciones, es decir, los movimientos corporales meramente
mecánicos.
b) El análisis de las explicaciones cotidianas: esta corriente sí tiene
algunos importantes antecedentes en psicología social, como la teoría de la
atribución, que al tener sus raíces en la fenomenología de Heider se interesaba por el pensamiento ingenuo, por las inferencias del sentido común y
por sus manifestaciones en las situaciones concretas de la vida cotidiana, o
la etnometodología.
No es casualidad que la investigación sobre «las explicaciones cotidianas de la conducta» se haya articulado principalmente en suelo británico y que una de las primeras monografías dedicada a este tema, bajo la
dirección de Charles Antaki, recoja esencialmente estudios realizados
tanto desde la teoría de la acción como desde la teoría de la atribución
(Antaki, 1981). La evolución de este enfoque se ha caracterizado por una
acentuación de la influencia de la herencia wittgensteiniana, en el sentido
de que se ha focalizado cada vez más sobre la naturaleza y las particularidades del lenguaje cotidiano, hasta entroncar prácticamente con el enfoque del «análisis del discurso» (Antaki, 1988) (Ibáñez, 1990, pág. 216).
c) Análisis del discurso: Como afirman Kottler y Swartz (1996), cada
vez se reconoce más ampliamente que las metodologías positivistas necesitan complementarse con otros métodos de análisis y modelos de interpretación (Cook y Howard, 1992; Green, 1992; McNally, 1992), entre ellos el
análisis del discurso. Con una variopinta raíz filosófica (estructuralismo
francés marxista, pensamiento wittgensteiniano, etnometodología fenomenológica y postestructuralismo), esta corriente se centra en el análisis del
lenguaje y sobre todo de las prácticas discursivas de los agentes sociales
(Antaki e Íñiguez, 1996; Íñiguez y Antaki, 1994; Potter, 1996, 1997; Potter
y Wetherll, 1987; Potter y cols., 1984).
Esencialmente, el análisis del discurso implica el desarrollo de hipótesis
sobre los propósitos y las consecuencias del lenguaje... El hecho de que el
discurso esté orientado, conscientemente o no, hacia unas funciones particulares, que a su vez provocan un montón de variabilidad lingüística, nos
indica que el discurso se está usando constructivamente. El modelo realista
asume que la organización del discurso refleja la naturaleza de las entidades
que describe. Sin embargo, para el análisis del discurso el lenguaje se
conecta y se construye con unos propósitos y para obtener unas consecuencias determinadas... La noción de construcción enfatiza, una vez más,
que el discurso está orientado hacia la acción: tiene consecuencias prácticas. En un sentido profundo, por tanto, se puede decir que el discurso
«construye» nuestra realidad vivida (Wetherell y Potter, 1996, págs. 65-66).
En consecuencia, «el análisis del discurso trata al mundo social como
un texto, o mejor dicho, como un sistema de textos que el investigador
puede “leer” sistemáticamente para examinar los procesos psicológicos