Test Drive | Page 30

Cómo percibimos a las otras personas: la cognición social 31 ajustadísima victoria de Reagan sobre Carter. Tras las elecciones, después de la victoria de Reagan, los mismos sujetos de Leary señalaban que ellos ya habían dicho que ganaría Reagan con un importante margen. Lo mismo fue encontrado por Powell (1988) tras el nuevo triunfo de Reagan, esta vez ante Mondale, en 1984. Y es que, como subraya Myers (1995, pág. 26), «descubrir que algo ha pasado lo hace parecer más inevitable». Este fenómeno puede demostrarse de varias formas. Veamos dos: Primera, pídale a la mitad de un grupo que prediga el resultado de algún acontecimiento actual, por ejemplo, cuál será el resultado de un competido partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona. Pídale a la otra mitad, una semana después de que se conozca el resultado, que diga qué previsión hubieran hecho ellos antes del partido. Algo parecido fue lo que hicieron Bolt y Brink cuando invitaron a sus sujetos que predijeran el voto del Senado de los Estados Unidos sobre el controvertido nombramiento de Clarence Thomas para la Corte Suprema. Pues bien, el 58 por 100 predijo su nombramiento. Una semana después de su confirmación, pidieron a una muestra similar de sujetos qué hubieran predicho ellos: el 78 por 100 dijo: «Yo creía que sería aprobado». Segunda, muestre a la mitad de un grupo un descubrimiento psicológico y a la otra mitad el opuesto. Por ejemplo, dígale a la mitad del grupo: «Los psicólogos sociales han encontrado que, a la hora de elegir nuestros amigos o de enamorarnos, somos atraídos más por personas cuyos rasgos son diferentes a los nuestros. Parece ser cierto aquel viejo dicho de que “los opuestos se atraen”». Pero a la otra mitad dígale lo contrario: «Los psicólogos sociales han encontrado que, a la hora de elegir amigos o de enamorarnos, somos atraídos más por personas cuyos rasgos son similares a los nuestros. Parece ser cierto aquel viejo dicho de que “pájaros de un mismo plumaje vuelan juntos”». Después, pídales a todos ellos que digan si, para ellos, tales resultados son «los que esperaban» o, por el contrario, «les resultan sorprendentes». Pues bien, los resultados seguramente mostrarán que todos afirmarán que eso es lo que ellos esperaban: «Eso ya lo sabía yo». Si se me permite extrapolar estos datos al caso concreto de la enseñanza/aprendizaje de la psicología, diré que, ciertamente, estamos ante uno de los problemas con que se encuentran los profesores de psicología, dado que cuando explican los hallazgos de la disciplina, suelen parecerles excesivamente obvios a quienes los escuchan («eso ya lo sabía yo»). Y el problema afecta también, de forma más dramática, por sus consecuencias, a los estudiantes de psicología, dado que cuando deben responder en un examen a preguntas de varias alternativas, todas ellas, o al menos varias de ellas, les parecen ciertas, cuando sólo lo es una. De ahí que a veces los exámenes de opción múltiple les parezcan a los estudiantes de psicología, a veces, sorprendentemente difíciles. 2) Sesgo de perseverancia en la creencia: consiste en la persistencia de nuestras creencias y concepciones iniciales, cuando su fundamento ya se ha desacreditado, pero subsiste una explicación de por qué la creencia podr