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Conformismo y obediencia a la autoridad 167 borregos que imitan a los demás ni como miembros de un grupo que toma una decisión en común. Así, Wilder (1977) encontró que dos grupos independientes de dos personas tienen más influencia que cuatro personas que presenten sus juicios como un grupo, y que tres grupos de dos personas influyen más que dos grupos de tres, que a su vez produjeron más conformismo que un grupo de seis. Está claro, pues, que las fuentes percibidas como siendo independientes son más fiables, y por ello son más influyentes, que una sola fuente conjunta. Todo ello lo explica así Wilder: los miembros de la mayoría que responden en los últimos lugares son considerados simples seguidores o «borregos», de forma que no sólo no aportan nada a la situación, sino que además pueden llevar consigo una disminución de la influencia cuando se percibe a la mayoría como un grupo que contesta en función de relaciones conformistas entre sus miembros. Según Wilder, la influencia del tamaño de la mayoría dependería pues de la forma en que los sujetos perciben e incluso categorizan a los miembros de la mayoría. Cuando se establece un vínculo entre estos miembros de la mayoría, especialmente en términos de conformismo recíproco, se percibiría a la mayoría como una única fuente de influencia, y no ofrecería más influencia que un sólo individuo. Cuando, por el contrario, se percibe a los miembros de la mayoría como entes independientes, sus competencias respectivas reforzarían la credibilidad de su respuesta unánime (Doise y cols., 1980, pág. 177). Asch (1972) da una interpretación cognitiva de sus resultados: una vez que el sujeto desprevenido se encontraba ante el dilema de fiarse de sus propios juicios y percepciones o bien de los del grupo, inmediatamente se ponían en funcionamiento una serie de procesos cognitivos, tanto en los sujetos independientes como en los sumisos, con el propósito de alcanzar una salida o una solución a tal dilema. Así, los sujetos independientes mostraron seguridad en su oposición a la mayoría y en la defensa de su posición, mientras que entre los sujetos que se sometieron podían distinguirse al menos tres grupos, cada uno de los cuales utilizaba diferentes procesos perceptivos y/o cognitivos: a) Sometimiento debido a una distorsión en la percepción: en ocasiones, le presión del grupo llegaba a influir tanto en los sujetos que les llevaba a percibir erróneamente. «La contradicción de la mayoría producía a veces lo que podemos llamar confusión cognoscitiva. Cuando las discrepancias eran moderadas, algunos sujetos se tornaban cada vez más inseguros y hacían concordar sus estimaciones con la mayoría, sobre una base aparentemente perceptual» (Asch, 1972, pág. 468); b) Sometimiento debido a la distorsión del juicio: un segundo grupo de sujetos percibían acertadamente pero creían que eran los demás los que tenían razón y ell