Test Drive | Page 50

Hasta las seis de la tarde no llegó el momento propicio; y, a esta hora, mi tío, yo, el guía, dos pasajeros y los cuatro caballos nos instalamos en una especie de barca del fondo plano, bastante frágil. Como estaba acostumbrado a los barcos a vapor del Elba, me parecieron los remos de los barqueros un procedimiento anticuado. Echamos más de una hora en atravesar el fiordo; pero lo pasamos, al fin, sin accidente ninguno. Media hora después llegábamo s al aoalkirkja de Gardä.