miembros del grupo pueden actuar mediante un Mago, que a su vez lo hace a
través de un médium. Fue Hitler el médium de esa secta tenebrosa?
Si el general Haushofer no era un Mago Negro, por qué valerse de semejante
personaje como médium? No es creíble que no haya visto o previsto su carácter
demoníaco. O que, una vez detectado, no haya podido controlarlo.
Una vez el poder hitlerista en colapso, los miembros de esta sociedad secreta se
dispersaron por el mundo. No sólo la secta de Haushofer sino otras como la que
encabezaba
el
Coronel
Sieves.
Órdenes
vinculadas
entre
sí
por
alguna
superjerarquía secreta, aunque también es posible que hayan librado luchas entre
sí. Por qué el poder maligno ha de ser monista? Dispersados después de la guerra,
muchos de ellos llegaron en submarinos a las costas patagónicas, como en el caso
de Eichmann y de Mengele; pero no conocemos el de personas más misteriosas.
Bien puede ser, pues, que Schneider sea uno de éstos, en cuyo caso la condesa
podría ser su médium. Aunque su padre también fue ejecutado por los nazis, no
olvidemos que el propio hijo de Haushofer lo fue. Como acabo de decirle, no hay
que buscar coherencia en el poder diabólico, pues la coherencia es propia del
conocimiento luminoso, y en particular de su máximo exponente, las matemáticas.
El poder demoníaco es, a mi juicio, pluralista y ambiguo. Eso es lo más terrible,
Bruno.
DE AQUEL AFFICHE
Marcelo sólo veía el nombre de su padre, que sin embargo no estaba con los
resaltantes caracteres con que eran denunciados Krieger Vasena y los otros
abogados del trust; apenas aparecía perdido entre muchos. Pero él sólo veía
DR.
JUAN BAUTISTA CARRANZA PAZ.
Se encaminó hacia su casa, pero le era dificultoso: tenía que avanzar sobre una
ciénaga, con una carga de plomo y estiércol, con fotografías de primera comunión y
jirones de bandera argentina. Pensaba, mientras tanto, pero también como
tanteando en la oscuridad, entre desperdicios y tachos de basura. Logró sin
embargo formar una idea: quizá esa tarea dificilísima era nada más que la tarea de
vivir. (Más tarde se preguntaría "nada más?") Hizo un descanso al llegar cerca de la
plaza Grand Bourg. Se recostó sobre el césped, miró la casa del general San Martín,
y volvió a ver aquella lámina escolar: sentado, viejo, pensativo, allá en Francia; de
su cabeza salía un humito en que estaba el cruce de los Andes, las batallas.
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