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VIAJE A CAPITÁN OLMOS, QUIZÁ EL ÚLTIMO Tuvo sueños que mucho más tarde intentó desentrañar. Pero cómo nadie puede desentrañar el significado de los sueños? "Capitán Olmos", oyó, entredormido. Y le pareció que era el viejo don Pancho que lo murmuraba desde su cuerpo momificado. Miró. No, nadie. Medina habría por fin muerto. Y también, seguramente, el comisionista Bengoa. O tal vez no se harían más comisiones. Lentamente caminó hacia la casa en que había nacido, y de nuevo sintió la conmoción que había experimentado cuando su padre se moría, al oír el isócrono ruido de las maquinarias. Se detuvo a media cuadra e intuyó que ya no entraría en la casa ni vería a los hermanos sobrevivientes, aunque en aquel momento no comprendió por qué. En cambio se encaminó hacia la plaza y se sentó en uno de aquellos bancos cercanos a la palmera en que se escondían en las noches de verano. Cine-teatro Colón: desde la eternidad lo miraban Williams S. Hart y Eddie Polo, como cowboys, como miembros de la Real Policía Montada del Canadá. Después se dirigió al cementerio. Las viejas casas de ladrillo, pintadas de rosado o celeste, con sus cercos de cinacina o de cactos. En el atardecer, descifraba las inscripciones, nombres que poblaron su infancia, apellidos de familias que desaparecieron, que fueron tragadas por el Buenos Aires de los años 30, cuando todos aquellos pueblos de campaña fueron diezmados por la crisis, dejando a sus muertos más solos que antes. Los Peña. Ahí estaba el sepulcro de Escolástica. La Señorita Mayor, eso es. La misteriosa solterona, llena de puntillas y perifollos, con su páis y su máiz acentuados en la a, y sus maneras de argentina vieja. Y los Prados, los Olmos, que un siglo antes habían resistido a los malones de los pampas. Y también los Murray: In loving memory of John C. Murray Who departed this life january 25 th. 1882 at the age of 40 years. Erected by bis fond wife and children. Hasta que por fin, un poco inclinada hacia un costado, la tumba de su madre: 367