Test Drive | Page 337

Cómo trabaron relación? Ahí no más se te acercó y te empezó a hablar de la guerrilla? Bien sabés que un guerrillero no habla a nadie de eso si no es de su absoluta confianza. Por qué te iba a tener confianza a vos, a un desconocido? Porque él te ha hablado de la guerrilla. No, nunca. No sabía quién era Palito. Sólo sabía que era tucumano, que había trabajado en un ingenio, que el ingenio cerró, que estuvo sin trabajo, que luego trabajó en FIAT, y que de nuevo se quedó sin trabajo. Pero nunca le había explicado por qué se había quedado sin trabajo? No. Tampoco por qué se había ido a Bolivia? No. Así que no sabía que Palito integraba un grupo de guerrilleros aquí? No. Nunca había ido al cuarto un tipo de unos 27 años, alto, de anteojos, de pelo crespo y negro, que rengueaba un poco. Eran las señas exactas de el Lungo. Se espantó. Ahora estaba seguro: era Palacios el que había hablado. No. Nunca había visto a ese hombre. El Gordo lo miró largamente, en silencio. Luego se dio vuelta y dijo: —Delen con todo. Le metieron el trapo sucio en la boca y oyó que el Turco dijo "éste va a cantar hasta el Arroz con Leche". Comenzaron con las encías, luego en las ingles, en la planta de los pies, en los testículos. Sentía que le arrancaban la carne con tenazas candentes. De pronto empezó a ver todo blanco y el corazón golpeaba sobre su pecho como alguien a golpes de puño, sobre una puerta, encerrado en un cuarto con perros rabiosos que lo destrozan. Hasta que las descargas cesaron. —Sacale el trapo. Dónde estaban las armas? Quiénes eran los capos? Dónde vivía el Lungo? Cuál era el aguantadero? Habían tenido conexión con el ataque de la Calera? Quiénes iban al café de Paseo Colón y San Juan? Casi no podía hablar, sentía la lengua como un pedazo de algodón hinchado. Murmuró algo, el Gordo acercó su oído. Qué decía. —Agua —murmuró. Sí, le darían agua, cómo no. Pero antes tenía que responder. Pensaba en Palito, en aquella infancia desdichada en el rancho, en sus sufrimientos de Bolivia, en el callado estoicismo de Guevara. En ese momento la vida de Palito estaba dependiendo de una sola palabra que él dijese. Nunca había hecho nada de 337