queremos saber son otras cosas. Con quién está ligado, a quiénes veía, quiénes
iban al cuarto de la calle Independencia, y quién es Ulrike?
Al cuarto no iba nadie. Ulrike era una simple amiga. Él nunca le preguntaba nada a
Palito.
Habían ido a vivir juntos porque sí? Dónde lo había conocido? Acaso no sabía que
Palito había estado con la guerrilla del Che?
No, de eso no sabía nada.
Así que un día lo encontró por casualidad en la calle y decidieron ir a vivir juntos?
Marcelo no responde.
Nadie los presentó? Te gustó la cara del cretino? Quién había sido el vínculo? Por
qué Palito había venido a parar a Buenos Ares? Dónde lo había visto por primera
vez?
En el café de Rivadavia y Azcuénaga.
Sí, muy bien. Pero a ese café van miles de hombres y mujeres. Por qué se vinculó
con él? Sabía quién era el Rubio?
Marcelo no respondió.
Bueno, que empezaran a darle.
Primero le pusieron la picana en las encías y sintió como si le clavaran alfileres
ardientes. Su cuerpo se arqueó con violencia y gritó. Apenas se detuvieron, una
enorme vergüenza se apoderó de su espíritu por haber gritado. No resistiría. Con
horror, pensó que no resistiría.
—Mirá, esto es una muestrita. Muestra gratis. Apenas el comienzo. Viste al que
estaba tirado en el calabozo? Vamos, no perdamos tiempo. Mucho ya lo sabemos,
no te preocupés. Y no te dejés arruinar tu cuerpo para siempre por mantener
secretos. A la larga los soltarás, y total que ya estarás jodido. Dale. En primer lugar
contá cómo lo conociste al Palo.
—En el café de Azcuénaga y Rivadavia.
—Sí, ya lo dijiste. Lo creo. Pero cómo? Se te acercó de pronto, te dijo me gustaría
vivir con vos?
—Se me acercó para pedirme fuego.
—Y vos le diste.
—Claro.
El Gordo se dio vuelta y preguntó si alguien había encontrado cigarrillos y fósforos
en los bolsillos. No. Sólo un diccionario chico, un libro de versos, un inhalador de
ésos para el asma, una libreta de direcciones y setecientos y pico de pesos.
El Gordo se dio vuelta con dulzura:
—Ves? Acá no conviene mentir. No había ni cigarrillos ni fósforos.
Te lo digo por tu bien: no macaniés.
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