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todo, soy haragán. Y como tengo un cerebro chico, tengo que esperar que salga una idea para que entre otra. Lo que más me cuesta explicar, porque es con dibujos y soy mal dibujante, es la Ley de las Cabezas. Una craneología avanzada. Como usted podrá imaginar, el Señor no iba a ser tan boludo como para dejar librado a la casualidad asunto tan importante en el amor como la elección del otro (léase prosecución de la esclavitud a través de los hijos). Cuando de casualidad nace un genio es porque se hicieron todas las cosas al revés, cuando se violó la naturaleza: miles de tarados por un genio. Schopenhauer nunca fue querido por la madre, y según la fábula tampoco la Virgen María quiso realmente a Jesús. Si conoce otros casos, hágamelos llegar, para agrandar la lista. A mí, por ejemplo, me fabricaron cuando ya mi madre no podía ver a mi padre. No soy un resultado del amor: soy un subproducto de la náusea. Por incompatibilidad, el útero rechaza a ciertos espermatozoides. Cuando se largó la carrera y yo como un gil llegué primero, quise echarme atrás, pero el útero ya se había cerrado. Y yo adentro! Un corso. Todo anduvo mal de entrada. Y me encontré solo y desamparado en esa caverna húmeda y desconocida. Del otro lado quedaron trillones de hermanitos retorciéndose de asfixia, hasta morir. Esto también es amor, señores poetas que cantáis al crepúsculo y que en realidad deberíais cantar al crepus-culo. Aquella sensación me sigue, este viento helado que a veces me duerme un costado de la cara: la soledad infinita. LOS MIRÓ CON IRRITADO DESALIENTO Cómo? Hay que volver a discutir eso? Creí que estaba liquidado hace diez años. Aquellos seudo-marxistas que dividían la literatura en política o estetizante. Y como el ULYSSES no era ni político ni estetizante, no existía. Pertenecía a alguna fauna teratológica. Tal vez formaba parte de la botánica. A lo mejor era un ornitorrinco. Vamos a seguir perdiendo tiempo con esa clase de gansadas? —Pero hay muchachos que preguntan, que acusan. Se puso furioso: con ese criterio se podía acusar a Béla Bartók de hacer música, a Eliot de hacer poesía. —Tengo mucho que hacer y ando con poco tiempo. No quiero decir el reloj, quiero decir el almanaque. —Sí, pero tiene obligaciones. 130