DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
materializado están; el entendimiento mental entre ellas y los Padres Solares,
no deja a ninguna molécula fuera del mandato solar; cuando un tripulante
solar de un platillo volador, emana una orden a las moléculas de la nave, lo
hace a través de las fibras mentales; cuando esto sucede, el rostro del
tripulante solar se ilumina en variación de brillo solar; porque toda sensación
mental en ellos, se vuelve luz de colores; la gama de tales colores no tiene
límites; al Hijo Primogénito del planeta Tierra, le corresponde color amarillo y
naranja; aunque su gloria y majestad, puede crear en forma instantánea,
todos los colores que la mente humana pueda imaginar; un Primogénito Solar,
siempre constituye una maravilla para los niños, de todos los mundos; porque
la inocencia que siempre sueña con lo imposible dentro de su mundo,
encuentra en un Primogénito Solar, la materialización de todos sus sueños de
niño; y es así que el Hijo Primogénito Solar Cristo, revolucionará al planeta
Tierra con los niños a la cabeza; para ellos será su indiscutible ídolo… y para
los llamados adultos, del mundo de la prueba, también; este inaudito
fenómeno no tendrá igual en la Tierra; tan revolucionario será este prodigio,
que el propio extraño sistema de vida, salido de las extrañas leyes del oro,
desaparecerá; los niños-genios del nuevo mundo tendrán otra psicología en su
diario vivir; lo que no pudieron hacer los llamados adultos, del extraño mundo
del oro, lo hará la inocencia; lo harán los bienaventurados del planeta; las
moléculas-niños también participan de esta gloria; la de traer un nuevo mundo
sobre el que se vá; todo pequeño y microscópico y humilde, siempre triunfa en
los últimos tiempos, de las pruebas de vidas, en los propios planetas de
prueba; la molécula de los platillos voladores harán divinas alianzas con los
niños del planeta; de estas alianzas nace la resurrección de sus carnes; de
mortales que son, pasan a la elevadísima jerarquía de carne inmortal; carne
que no se pudre; como la que conoció y vivió, el espíritu humano que pidió la
prueba de la vida; la molécula de carne que se pudre, pidió a Dios, conocer y
vivir la pudrición porque no la conocía; igual pedido hizo el espíritu humano y
los espíritus animales é insectos; como igualmente las plantas; la molécula en
cuyo pedido de vida incluyó la pudrición, es una molécula subordinada a las
moléculas de los platillos voladores; y ambas subordinadas al poder
magnético-solar del Hijo de Dios; en el divino juicio final, el mundo de la
prueba verá la magnetización de las moléculas que se podrían en la prueba de
la vida; la resurrección de toda carne es la restitución del magnetismo, que
todo espíritu poseía de antes de pedir la vida humana; todos eran eternos en
la individualidad espiritual; el mundo de la prueba pidió momentáneamente
conocer un magnetismo con límites en sí mismo; porque no lo conocía; pidió
también la alianza con moléculas que a su vez ellas también pidieron conocer
lo limitado; la molécula pide a Dios, sensaciones extáticas que no conoce; tal
como el espíritu pide las que siente en la vida; las moléculas de un platillo
volador, forman un todo que es como una infinita galaxia con cambios de leyes
físicas infinitas; un platillo volador es, a la vez un cúmulo de cielos, que se
transforman a medida que la nave visita otros cielos; este poder de
transformación se llama en el reino de los cielos, traspaso de cielos; y las
moléculas en forma instantánea se transforman, en paralelismo con los
sentimientos de cada pensar, de los tripulantes solares; en un platillo volador
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