DIVINA REVELACION ALFA Y OMEGA LA DOCTRINA DEL
CORDERO DE DIOS LA DIVINA CIENCIA CELESTE
volador, es tiempo celestial; tiempo de macrocosmo en la jerarquía
correspondiente; y todos los tiempos correspondientes a las reencarnaciones
que se vivieron en infinitos planetas del microcosmo, son tiempos y hechos,
subordinados al tiempo celestial de los platillos voladores; y no hay
reencarnación, planeta, sol y en todo el todo sobre el todo, que no estén el
tiempo y el número; el tiempo numeral y el número-tiempo; porque todo
tiempo nace en inocencia numeral de tiempo, y todo número nace en
inocencia de tiempo; el número y el tiempo forman un todo que se multiplica
en infinitas alianzas de un todo; nacen las jerarquías en lo expansivo, para no
cesar jamás; el número viviente en los platillos voladores conoce en su infinito
viaje por el cosmos, lo que pidió conocer y que quedó escrito en el reino de los
cielos; lo que se pide en el reino, debe cumplirse hasta en su última molécula;
esta ley rige para los que piden pruebas galácticas, ya sea en planetas, soles o
naves celestiales; los pedidos que quedan escritos en los libros solares de
todas las vidas, se hacen prometiendo a Dios, cumplir con lo que se pide;
nadie está en el universo por sólo estar; en todos exsiste un divino mandato
que salió de sí mismo; la situación que cada uno vive, se pidió vivirla; porque
si no se hubiese pedido, jamás se conocería; la causa está dentro de cada uno
y el universo contribuyó a que cada uno, tuviera una causa; sin el concurso del
universo, nadie exsistiría; el todo sobre el todo participa en todo lo que se es;
el número viviente también pide como pide el espíritu, volver a conocer nuevo
destino de vida nueva; porque para lograr la sabiduría, es menester conocer
exsistencias; no existe otro camino para llegar a ser lo que se desee ser; en la
construcción de un platillo volador, el todo sobre el todo que interviene, lo
hace buscando lo que siempre deseó; siempre sucede así; viejos ó
antiquísimos sueños ó deseos espirituales, se ven coronados; en el mayor de
los casos, lo que fué planeado en un instante dado por el espíritu, se vé
postergado porque en tal o cual exsistencia, violó la ley de Dios; esta
postergación de lo que se deseó ser, es infinitamente relativa; porque la
esperanza salida de Dios es infinita; permite a la eterna relatividad probar su
propia ley; el apoyo que se dan las virtudes y las moléculas del todo sobre el
todo, es infinito y eterno; lo del universo es mutuo, igualitario y creador; los
mundos de la luz son lo que son, porque han respetado las sagradas escrituras
planetarias; los planetas que no respetan ni cumplen con lo que se pidió en el
reino de los cielos, sus humanidades no entran al reino; todo acuerdo entre el
Divino Creador y sus planetas, se cumplen hasta en su última molécula; los
números vivientes son los primeros en anunciar la divina justicia de Dios;
porque lo justo que cada cual reclamó para sí en la prueba de la vida, es obra
mental numeral; y la sal de la vida o individualidad, también lo es; el número
viviente participa en las futuras reencarnaciones, que tendrá en el futuro el
espíritu pensante; la reencarnación que cada cual tendrá, nace del número de
las propias ideas, que la criatura generó en la vida presente; al generar ideas
forma un todo de ondas numéricas; el valor de cada idea se suma a las otras
ideas; se hacen alianzas de ideas, para encontrar la geometría que ha de tener
el futuro cuerpo; quien generó un mayor número de ideas, en la prueba de la
vida, mayor puntaje de generación de ideas tuvo; el que pensó poco, generó
pocas ideas y su puntaje celestial también es poco; el número viviente influye
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