1.3.2.2.3. INTERCAMBIO DE GASES EN EL PULMÓN
El oxígeno pasa de los alvéolos a los capilares pulmonares, y el bióxido de carbono se
traslada en sentido puesto simplemente por el fenómeno físico de la difusión; cada gas va
de una región donde está más concentrado a otra de concentración más baja. El epitelio
alveolar extremadamente tenue ofrece apenas resistencia al paso de los gases, y como
ordinariamente hay más concentración de oxígeno en los alvéolos que en la sangre que llega
a los pulmones por la arteria pulmonar, el oxígeno se difunde de los alvéolos a los capilares.
De manera similar, la concentración de bióxido de carbono en la sangre de la arteria
pulmonar es normalmente más elevada que en lo alvéolos, de modo que este gas pasa de
capilares pulmonares al interior de los alvéolos. El epitelio alveolar no puede movilizar ni
oxígeno ni bióxido de carbono contra cantidades más grandes de uno de ellos.
1.3.2.2.4. TRANSPORTE DEL OXÍGENO POR LA SANGRE
La hemoglobina es el pigmento de los glóbulos rojos cuya misión exclusiva es transportar
casi todo el oxígeno y la mayor parte del bióxido de carbono. En términos aproximados, el
2% del oxígeno de la sangre está disuelto en el plasma, en tanto que el resto se combina
con la hemoglobina. Después de que el oxígeno entra en los capilares de los pulmones, se
difunde a los glóbulos rojos del plasma, donde se une a la hemoglobina. Cuando una
molécula de oxígeno se une molécula de hemoglobina se forma la oxihemoglobina.
Comprende una reacción reversible, que se observa en el pulmón cuando se forma la
oxihemoglobina y de ahí a los tejidos, donde se libera el oxígeno. La diferencia de color
entre las sangres arterial y venosa se debe a la oxihemoglobina es de tono escarlata
brillante, en tanto la hemoglobina es de tono púrpura.
La combinación del oxígeno con la hemoglobina y la desintegración de la oxihemoglobina se
regulan por dos factores: primero, por la cantidad de oxígeno presente y, en segundo lugar,
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