un paisaje si lo miramos con los ojos entornados”.»
El alce
The Opal: A Pare Gift for the Holy Days, Nueva York, 1844.
Título original: Morning on the Wissahiccon (43)
Poe vio efectivamente un alce durante uno de sus paseos por las afueras de Filadelfia;
pertenecía a un sanatorio, donde había diversos animales domesticados para
entretenimiento de los pacientes.
La esfinge
Le Sphinx.
Arthur’s Ladies’ Magazine, noviembre de 1846 (60)
Ópticamente imposible, la ilusión que domina al narrador podría derivar
plausiblemente de una dosis de opio. Poe alude a su «estado de anormal melancolía»; quizá
no quiso mencionar el remedio que tenía al alcance de la mano.
El Ángel de lo Singular
The Angel of the Odd.
Columbian Lady’s and Gentleman’s Magazine, octubre de 1844.
Título original: The Angel of the Odd: An Extravagance
Baudelaire señaló que la obra de Lamartine que Poe llama Peregrinaje debe ser Voyage
en Orient.
El Rey Peste
King Pest.
Southern Literary Messenger, septiembre de 1835.
Título original: King Pest the First A Tale Containing an Allegory (12)
Shanks ha visto aquí «una bufonada increíblemente estúpida e ineficaz». Quizá cupiera
ver también un gran fracaso; la primera mitad del relato es excelente, y la descripción de
Londres bajo la peste parece digna de cualquiera de los buenos cuentos de Poe; pero hay
algo de callejón sin salida al final, y hasta podría pensarse en una resolución vertiginosa
como la de los sueños, un brusco viraje que echa abajo el castillo de naipes. Baldini ve en
este cuento algún eco de I Promessi Sposi, de Manzoni, que Poe había reseñado unos meses
antes. Para R. L. Stevenson, «el ser c \^