Esta última fórmula era la que parecía agradarle más, quizá porque envolvía menos
riesgo, pues Dammit se había vuelto muy parsimonioso. Si alguien le hubiera aceptado la
apuesta, poco habría perdido, dado que tenía la cabeza muy pequeña; pero ésta es una
observación personal y no estoy nada segu ɼ