El sistema del doctor Tarr y del profesor
Fether
100
En el otoño de 18..., mientras viajaba por las provincias meridionales de Francia, mi
camino me condujo a pocas millas de cierta Maison de Santé, o manicomio privado, del
cual mucho había oído hablar a mis amigos médicos en París. Dado que jamás había
visitado un establecimiento de esa clase, me pareció que no debía perder tan excelente
oportunidad, y propuse a mi compañero de viaje (caballero con el cual me había
relacionado casualmente pocos días antes) que nos desviáramos de la ruta por una o dos
horas, a fin de visitar el hospicio. Mi amigo se opuso, arguyendo en primer término estar de
prisa, y luego un comprensible horror a la vista de un lunático. Me rogó, empero, que la
cortesía no imp YY\