Hop-Frog
Jamás he conocido a nadie tan dispuesto a celebrar una broma como el rey. Parecía
vivir tan sólo para las bromas. La manera más segura de ganar sus favores consistía en
narrarle un cuento donde abundaran las chuscadas, y narrárselo bien. Ocurría así que sus
siete ministros descollaban por su excelencia como